No hace más de un año saltaba la noticia de un nuevo tipo de batería a base de grafeno que le daría una autonomía de más de 1.000 kilómetros a los coches eléctricos actuales.
Esta noticia impactó por el gran salto tecnológico que daría esta nueva clase de baterías en los coches eléctricos y porque se había desarrollado en la Universidad de Córdoba (España) junto a la productora de grafeno “Graphenano” y la empresa “Grabat Energy”.
Este anuncio del prototipo que están desarrollando, la batería de grafeno, daría alas a los actuales vehículos eléctricos. Recordemos que su gran pega actual es la limitación que tienen a la hora de enfrentarse a un viaje largo, ya que por uso y fiabilidad han demostrado estar más que a la altura, hasta sonrojar al clásico automóvil con motor de combustión interna.
El salto tecnológico que lleva esperando el vehículo eléctrico estos últimos años
Pues bien, hace escasas horas saltaba la noticia que un equipo del Instituto de Tecnología Avanzada de Samsung, el conocido SAIT, publicaba una solución para aumentar la autonomía las baterías de iones de litio. Casualmente la solución ha sido integrar una tecnología similar a la que nos presentó en enero el grupo de trabajo liderado por la Universidad de Córdoba, cuyo rasgo principal ha sido la integración del grafeno. En esta ocasión, sin embargo, usando como base la batería de litio.
Samsung pretende duplicar las baterías de iones de litio actuales que usan en sus teléfonos móviles. Está claro que el salto hacia el automóvil sería inminente, al poder instalarse baterías más grandes y voluminosas que las que presentan los smartphones.
Esto sería un trabajo de fondo, ya que el primer paso es ver la evolución en los teléfonos móviles y conseguir que la tecnología a base de desarrollo y venta consiga unos precios bajos y competitivos.
A grandes rasgos, este avance consiste en la aplicación directa del grafeno en el ánodo. Dicho ánodo se situaría en una superficie de silicio y conseguiría evitar la creación y formación de carbono de silicio. Al realizar esta operación, a priori sencilla, consigue un aumento considerable del rendimiento de las baterías, ya que la capacidad de las nanopartículas de silicio y grafeno aumenta exponencialmente.
Sin querer entrar en complicadas ecuaciones, está claro que tenemos delante de nuestros ojos el paso evolutivo de las baterías de litio. El salto tecnológico que lleva esperando la industria del automóvil varios años y, sabiendo cómo funcionan los tiempos en este tipo de avance, nos quedara espera al menos otros dos años más para ver las primeras unidades con baterías que integren esta tecnología.
No solo nos prometen más capacidad en las baterías, también más vida útil de estas. Más ciclos de recarga y estos ciclos contengan más capacidad de carga. Todo serían muy buenas noticias, si no fuera por que aún es un proyecto con visos de realidad para un futuro cercano.