Yorgos Lanthimos regresa a los cines con Kinds of Kindness tan solo unos pocos meses después del brutal éxito de Pobres Criaturas. El cineasta aprovecha el tirón de la oscarizada película para lanzar un proyecto que, otra vez, está protagonizado por Emma Stone. Junto a ella, de nuevo, estará Willem Dafoe. Y a ambos se unen Jesse Plemons, Margaret Qualley y Mamoudou Athie, entre otros. La cinta, que combina comedia negra con dramatismo existencial, vuelve a poner a los espectadores ante un reto cinematográfico muy particular.

La película se divide en tres historias diferentes e independientes que conforman un extraño tríptico. La primera trata sobre un hombre esclavo de otro que intenta tomar las riendas de su vida. La segunda versa sobre un policía cuya mujer, que había desaparecido en mitad del mar, regresa y parece una persona totalmente distinta. Y la última fábula de Kinds of Kindness pone el foco en una mujer que pertenece a una secta y tiene la misión de encontrar a una suerte de elegida espiritual.

Kinds of Kindness

Yorgos Lanthimos analiza la obsesión del ser humano por encontrar afecto y cariño, explorando las actitudes ante la ruptura del amor bajo una mirada tan divertida como cruel y desconcertante. Un sensacional tríptico de historias independientes pero entrelazadas por unos mensajes tormentosos y desasosegantes. Todo su reparto brilla en cada uno de los diferentes registros que les propone el director.

Puntuación: 4 de 5.

En búsqueda del amor

A pesar de que las tres historias de Kinds of Kindness son independientes, los actores son los mismos. Lanthimos teje una conexión profunda entre todas ellas gracias a los rostros que las interpretan. Y lo hace porque, a pesar de ofrecer relatos tan dispares, el mensaje que subyace es siempre el mismo. Qué está dispuesto a hacer el ser humano para ganarse el cariño y el afecto de otro. Y cómo, frente a esa búsqueda, podemos llegar a unos extremos absolutamente intolerables, egoístas y maquiavélicos.

Es fascinante contemplar cómo el director ha encontrado la manera de enviar esa potente moraleja a través de tres enfoques tan alejados entre sí. Una sorprendente narración que invita a una reflexión larga, sosegada y personal. El cineasta quiere que al salir de ver las casi tres horas que dura Kinds of Kindness, el espectador empiece a darle vueltas a la cabeza. Sobre lo que acaba de ver en la pantalla, sí, pero también sobre sí mismo.

Por eso presenta a un tiránico sociópata multimillonario que mueve a las personas como marionetas pero que bien podría ser el jefe de una empresa que genera en sus empleados una necesidad irrefrenable de trabajar. También analiza cómo las personas han dejado de conocerse para aferrarse a ideas preconcebidas irreales que solo existen en su cabeza. Y muestra la absurdez y la monstruosidad de los fieles de las sectas exponiendo a los seguidores más enajenados de los fenómenos fan en el mundo del arte o el deporte.

Kinds of Kindness

Incomodar y divertir

De nuevo, el director griego ha reflejado sus sensibilidades y su visión ácida y excéntrica de la sociedad moderna. Un retrato obtuso y desquiciado con el que enmascara un mensaje universal sobre el amor y la ruptura del mismo. No le da miedo reflejar la degradación más absoluta de sus personajes, desafiando los códigos morales y las contradicciones socialmente aceptadas. Una vez más, en Kinds of Kindness pretende incomodar. Y lo consigue.

El filme se mueve constantemente sobre el fino alambre entre la comedia absurda más desternillante y el drama turbio y cruel. Un ejercicio de estilo a nivel de guion y dirección que, curiosamente, a nivel visual destaca por ser una propuesta mucho menos rompedora y extravagante que sus últimas obras. En Kinds of Kindness no existe lo estrafalario de Pobres Criaturas ni lo estrambótico de La Favorita, por hablar de sus filmes más recientes. Esta vez Lanthimos regresa a un estilo mucho más elegante, menos atrevido con la cámara pero igualmente certero. Y, eso sí, no es ajeno a recursos distintivos de su cine como el uso del blanco y negro o las lentes angulares de la cámara.

Además, hay que reseñar que, a pesar de las casi tres horas que llega a durar Kinds of Kindness debido a sus tres capítulos, en líneas generales es muy entretenida. Los tres cuentos son tan sádicamente rocambolescos que resultan hipnóticos. Quizá no se genera una excesiva empatía con ninguno de los personajes, pero es fascinante ver cómo el director los mueve como piezas de un ajedrez que sigue sus propias normas. Solo cabe dejarse llevar, sorprenderse por los afilados diálogos y las incomprensibles actitudes de todos sus protagonistas.

Kinds of Kindness

Reparto de estrellas

Yorgos Lanthimos está convirtiéndose en uno de esos directores con los que todo actor quiere trabajar. No en vano Olivia Colman ganó el Oscar por La Favorita y Emma Stone hizo lo propio hace unos meses con Pobres Criaturas. Al igual que otros autores de primer nivel como Wes Anderson, Quentin Tarantino, el griego logra exprimir al máximo a sus intérpretes. Y Kinds of Kindness no es la excepción.

La soltura con la que se manejan todos ellos es asombrosa. Emma Stone y Jesse Plemons, que precisamente ya ha ganado la Palma de Oro a Mejor Actor en el Festival de Cannes, son quienes llevan la voz cantante de la película. Clavan con maestría cada uno de los tres papeles que deben acometer. No cabe duda de que son dos de los actores más en forma de la actualidad y el cineasta les permite brillar en diferentes registros, desde los más contenidos hasta los más exagerados e infantiles. Y lo mismo ocurre con unos Willem Dafoe y Margaret Qualley arrebatadores, fascinantes.

Kinds of Kindness

En resumen, con Kinds of Kindness Yorgos Lanthimos regresa a los retratos oscuros y macabros de la sociedad que tan bien se le dan. El cineasta ejecuta un tríptico salvaje y desconcertante que gana enteros a medida que se reflexiona sobre él. Un filme sofisticado y reflexivo, disparatado, plagado de capas que esconden críticas ácidas e incómodas sobre el ser humano moderno. Una película larga, quizá no tan redonda como sus mejores obras, pero igualmente entretenida y divertida.