Que OpenAI es hoy la principal referencia en el ámbito de la inteligencia artificial generativa, está fuera de discusión. Sin embargo, eso no necesariamente implica que la empresa que dirige Sam Altman esté libre de problemas. Y una de las preocupaciones más notorias estaría en el frente económico, pues un nuevo reporte sostiene que la startup podría caer en bancarrota en 12 meses si no consigue una importante inyección de dinero.

Así lo indica ITPro, basándose en datos financieros divulgados previamente por The Information. De acuerdo con el citado medio, OpenAI está gastando muchísimo más dinero del que genera, y que ello podría dejar a la compañía al borde de la ruina financiera en no más de un año si no logra que comiencen a fluir más billetes hacia sus arcas.

Según se reportó recientemente, OpenAI gastaría este año unos 8.500 millones de dólares para mantenerse en pie. Del total, unos 7.000 millones de dólares corresponderían a los costes de entrenar los modelos de inteligencia artificial que impulsan a ChatGPT y otros de sus productos. Mientras que los $1.500 millones restantes corresponderían al pago de salarios y otros gastos vinculados con el staff.

Un informe publicado a mediados de junio indicaba que OpenAI estaba en camino a lograr unos 3.400 millones de dólares en ingresos anuales. De acuerdo con Bloomberg, Altman confirmó en una reunión con empleados que prácticamente todo ese dinero —unos $3.200 millones— provendría de sus productos y servicios. Mientras que los 200 millones restantes llegarían del acuerdo con Microsoft para brindar acceso a su tecnología a través de Azure.

De concretarse esta proyección, OpenAI generaría este año poco más del doble de los ingresos de 2023, que rondaron los 1.600 millones de dólares. Sin embargo, los gastos de la startup de inteligencia artificial también habrían crecido considerablemente en comparación con el año previo. The Information estima, entonces, que la firma californiana podría cerrar 2024 con pérdidas de hasta 5.000 millones de dólares. Así las cosas, y considerando su valoración estimada en 80.000 millones de dólares, tendría no más de 12 meses para conseguir una inyección económica antes de comenzar a sufrir las consecuencias.

OpenAI perdería hasta 5.000 millones de dólares este año

Logo de OpenAI, creadores de ChatGPT y GPT-4 Turbo

El panorama aparenta ser bastante complejo para OpenAI, y el propio Altman ha dicho en varias oportunidades que la empresa no mide sus gastos porque está convencida de que su objetivo máximo es desarrollar una inteligencia artificial general (AGI, en inglés), y que los beneficios de conseguirlo excederán la inversión necesaria para llegar allí.

A comienzos de mayo, durante su participación en un seminario organizado por la Universidad de Stanford, el líder de la startup fue contundente al respecto. "Ya sea que quememos 500 millones, 5.000 millones o 50.000 millones de dólares al año, no me importa. De verdad no me importa. Siempre y cuando podamos mantenernos en una trayectoria en la que eventualmente creemos más valor que ese para la sociedad, y mientras podamos encontrar formas de seguir pagando nuestras cuentas. Estamos haciendo una AGI. Va a ser caro. Y vale la pena", afirmó el empresario.

YouTube video

También es una realidad que esta no es la primera vez que se habla de los crecientes costes de mantener en funcionamiento herramientas como ChatGPT. En abril del año pasado, por ejemplo, se conoció que OpenAI estaba gastando unos 700.000 dólares diarios para mantener activo su chatbot. Esto ha llevado a que la compañía se incline cada vez más por la monetización de sus productos, lo cual generó varios de los cortocircuitos internos que derivaron en el motín de noviembre en el que Sam Altman perdió brevemente su empleo como CEO.

Es cierto que OpenAI cuenta con el apoyo absoluto de Microsoft. No obstante, eso no implica que los de Redmond le ofrezcan a OpenAI acceso infinito a sus chequeras. De hecho, la injerencia de los de Satya Nadella ya estuvo en la mira de los reguladores y se convirtió en uno de los puntos de conflicto de las recientes demandas que presentó Elon Musk contra la startup. De modo que no queda claro hasta qué punto pueda seguir Microsoft interviniendo económicamente en la firma de IA sin que organismos como la FTC estadounidense o la CMA británica se le lancen a la yugular.

¿Se lanzará OpenAI a buscar nuevos inversores para mantener sus niveles de gastos? No sería extraño si ello sucediera, aunque por ahora no queda más opción que esperar. Algunos vaticinan que la IA generativa es una burbuja a punto de estallar, y que probablemente sean los californianos los primeros en caer. Esta postura parece bastante alarmista y exagerada, ciertamente. Lo que sí parece claro es que la empresa debe encontrar dinero fresco, y rápido, si pretende seguir "quemándolo" al ritmo actual.

Además de GPT-5 y ChatGPT, OpenAI le pone fichas a dos productos cruciales para su futuro. Uno de ellos es Sora, su generador de vídeos a partir de texto, cuya intención es introducir en Hollywood. El otro es SearchGPT, su propio buscador web. Ya veremos si, una vez disponibles, se convierten en un soplo de aire fresco para las arcas de la compañía con sede en San Francisco.