Con cuatro capítulos estrenados, The Acolyte se ha convertido en una de las series más controversiales del amplio universo de la franquicia. Curiosamente, no por su historia — el misterio alrededor de un asesinato — sino por todas las reacciones que algunos puntos del argumento despertó en el fandom de Star Wars. Lo que provocó desde interminables discusiones en las redes sociales sobre que tanto vulnera o no la producción al Canon G de la saga a un directo y malicioso review bombing. Este último, tan desproporcionado, como para, incluso, afectar a otras producciones con el mismo nombre de la serie de Disney. 

Aunque no es un fenómeno inusual alrededor de las más recientes producciones de Star Wars, lo cierto es que el ataque a la producción se ha hecho más virulento con el correr de las semanas. Lo que abarca desde comentarios racistas hacia sus protagonistas, menosprecio al argumento, a un ataque en línea a una clásica web que recopila información sobre la saga. Todo, en medio del debate acerca de qué tan lícito es que la producción ubicada en la Alta República, pueda flexibilizar los límites del Canon. 

Un debate agrio que, además, enfrenta a los fanáticos al hecho que Star Wars tiene un universo nutrido, en expansión, pero que fue fragmentado al momento de pasar a las manos de Disney. Por lo que muchos de los datos en pantalla, son añadidos que benefician a la acción y que no siempre son lineales. Para demostrarlo, te dejamos las cinco polémicas más extrañas alrededor de The Acolyte. Un punto complicado no solo con respecto al futuro de la serie, sino también de las producciones de Star Wars a futuro. 

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Fuego en el espacio

Una de las polémicas más extrañas alrededor de la serie, comenzó desde su primer episodio. En este, puede a Osha (Amandla Stenberg), la ex padawan centro de la historia, trabajando dentro de una nave espacial. Una de sus ocupaciones, incluía reparar un desperfecto en el casco. Lo que la mostró, luchando contra un puñado de llamas de color naranja, que, obviamente, desafía todas las leyes de la física. ¿El motivo?, para el fuego de ese color, la combustión debería incluir oxígeno. Cosa que, sin duda, no hay en el espacio profundo. 

Ahora bien, aunque la crítica se basa en el hecho que el show debe ser al menos creíble, parece desconocer la larga tradición de Star Wars, de no solo ignorar cualquier científico. También, reacomodarlo a su conveniencia. Razones no faltan: la franquicia es una Space Opera — que no una trama de ciencia ficción dura — que no presta demasiada — o ninguna — atención a la verosimilitud que muestra en pantalla. De hecho, más de una vez, George Lucas dejó claro que considera a su obra más cercana a la fantasía y ciencia, que otro género.

Un modo de ver un relato generacional

Pero incluso, si las producciones de Star Wars debieran tomarse en serio la física o la química, hay múltiples ejemplos que demuestran que, hasta ahora, no lo ha hecho. De tener sonidos en el espacio, a personajes atravesando el espacio profundo sin atención al oxígeno que les permitiría sobrevivir. Lo cierto, es que hay una buena cantidad de situaciones, pensadas para ser emocionantes antes que exactas. 

Algo que abarca desde los cazas TIE atravesando el espacio con un ruido muy específico — y reconocible — además de situaciones, como que cada planeta, tiene de hecho una atmósfera respirable. La misma idea que el idioma universal sea sospechosamente parecido al inglés o que la mayoría de los personajes tengan sentimientos muy humanos. Star Wars y en específico George Lucas, siempre ha puesto la espectacularidad — y emoción — de la saga, por encima de datos científicos concretos. 

La cualidad de Mesías de Anakin Skywalker

La segunda gran polémica llegó en el episodio tres, que explora en la historia de origen de Osha y su gemela Mae (Amandla Stenberg en doble papel). La secuencia, un largo flashback que añade información al misterio central, muestra que las jóvenes fueron el resultado de manipular la Fuerza en forma antinatural. Eso, gracias a las habilidades para controlar la energía del Aquelarre de brujas sensibles a la fuerza, ocultas en el planeta Brendok.

Para la historia, el argumento de The Acolyte, toma algunas decisiones que amplían el Canon G sobre lo conocido acerca de la Fuerza. A saber: que para las brujas, la misteriosa energía imaginada por George Lucas es un hilo — y así le llaman — que se extiende entre ellas y la realidad. De modo que el uso que le dan, es el de modificar algunas direcciones de ese hilo a su conveniencia. Algo diametralmente distinto, a la forma en que los Jedis manipulan la Fuerza. 

Los diferentes usos de La Fuerza, no es un punto nuevo en Star Wars y de hecho, ha sido profundizado en el Canon literario más de una vez. Pero es la primera que llega al live-action. Lo que es aún más complicado, cuando la serie relata cómo las gemelas, fueron concebidas por medio de la Fuerza y entre dos integrantes del Aquelarre, cuyos miembros son femeninos. 

Del Canon de las precuelas en adelante

Todo lo anterior llevó a un agrio debate, debido a que la concepción misteriosa de las niñas, parece contradecir el lugar como mesías y equilibrio de la Fuerza de Anakin Skywalker. Como se recordará, en Star Wars: Episodio I — La amenaza fantasma (1999), se explicaba que Anakin fue concebido por la Fuerza y sin intervención de un padre. Lo que también parece haber hecho Madre Koril (Margarita Levieva) y la Madre Aniseya (Jodie Turner-Smith).

Ahora bien, la información añadida por The Acolyte, no desmerece ni menosprecia, mucho menos cambia, el lugar de Anakin en Star Wars. Las brujas del Aquelarre, crearon a las gemelas utilizando su voluntad sobre la Fuerza de forma antinatural, como, de hecho, la usan los Sith y otros sensibles. Un punto que incluso menciona explícitamente Palpatine cuando explica a Anakin que Darth Plagueis, lo hizo a través de los midiclorianos.

Sin embargo, Anakin, fue creado por la voluntad de la Fuerza, según se desprende de su cualidad de elegido. En otras palabras, no hubo experimento, ni tampoco, nada relacionado con la intervención de un sensible, sino a la expresión incognoscible del enigmático poder. Lo que deja a las gemelas en calidad de una forma de vida lograda a través de la Fuerza, mientras que Anakin fue creado para lograr su equilibrio universal. Dos puntos totalmente divergentes en la saga.

La autoridad moral de los Jedis

The Acolyte

Otros de los reclamos de cierta parte del fandom de Star Wars, se relaciona con el hecho que los Jedis se muestran en The Acolyte muy lejanos a su idea de caballeros impolutos. Lo que incluye que el argumento cuestione su incontestable autoridad moral y la competencia de la Orden a nivel político. Pero lo cierto es que este ha sido un debate que, incluso, ya se exploró en la historia que George Lucas narró en la trilogía de precuelas.

Lo que remonta al hecho mismo de cómo se reclutan niños pequeños para el entrenamiento,  como en el caso de Anakin.  O incluso, algunas muy directas, respecto a lo mucho — o poco — que los Jedis se involucran en política. Durante buena parte de la historia de Star Wars, los Jedis fueron figuras idealizadas en la ausencia. Por lo que ahora, explorar en sus vidas y capacidades en su punto más alto, parece contradecir ese punto de vista. Aunque no lo hace. 

La edad del Maestro Jedi Ki-Adi-Mundi

Por supuesto, no podía faltar otra controversia con respecto a personajes canónicos o no. En este caso se trata del Maestro Jedi Ki-Adi-Mundi. Este sensible a la Fuerza, apareció por primera vez en Star Wars: Episodio I — La amenaza fantasma, Además, se le recuerda por haber afirmado que los Sith se habían extinguido durante milenios. Lo que hace que su aparición en el capítulo 4 de The Acolyte, rompa en apariencia el canon de la saga. ¿El motivo? Que según se conoce hasta ahora en relatos previos a la serie, Ki-Adi-Mundi nació en el año 93 ABY, alrededor de 40 años luego de la historia que cuenta el programa.

A primera vista, parece una transgresión directa a las líneas históricas de Star Wars. Hasta que se recuerda que la edad — y fecha de nacimiento del personaje — estuvieron incluidas en Legends. Es decir, cualquier material fuera del Canon cinematográfico actual. Como se recordará, cuando Disney compró LucasFilm, se decidió desdeñar todo evento que no haya sido narrados en las películas originales — ahora precuelas y nueva trilogía — al momento de narrar el mundo de George Lucas. 

Por lo que la edad de Maestro Jedi Ki-Adi-Mundi, estaría dentro de esos datos perdidos que no se toman en cuenta para las nuevas producciones de Star Wars. ¿Una lamentable consecuencia de la polémica? El ataque a la página Wookieepedia, por el fandom más violento de Star Wars. ¿El motivo? El cambio del dato sobre la edad del Maestro, en atención a lo planteado en The Acolyte

¿‘The Acolyte’ rompe el Canon de Star Wars?

The Acolyte Kelnacca

Aunque no ha sido el caso, si sucediera no debería extrañar a los fanáticos, porque es lo que la franquicia ha hecho con moderada frecuencia desde su estreno. Al menos, modular la mayoría de los hechos a conveniencia de la información que se añade en diferentes producciones. Desde el mismo hecho que Anakin invente a C-3PO y que Boba Fett haya sobrevivido a una muerte espantosa sin que se sepa mucho el cómo lo ha hecho.  Eso, más allá de las visiones imprecisas de la serie que lleva su nombre.

Incluso secuencias como el beso entre Luke y Leia (muy poco fraterno), hasta esta última, hablando de su verdadera madre. Eso, a pesar de que nunca pudo haber conocido porque murió en su nacimiento. Star Wars nunca ha sido muy escrupulosa con los detalles en favor de la emoción. Una fórmula que mantuvo a la saga en crecimiento y llena de nuevos detalles por años, hasta ahora.