Casi dos años han tenido que pasar desde que La Casa del Dragón pusiera fin a su primera temporada. Durante todo ese tiempo, los fans del universo de George R.R. Martin han esperado pacientemente a su segunda entrega. Una nueva tanda de episodios que ya está lista para sembrar el caos y la sangre en esta época veraniega. El canal HBO y la plataforma Max estrenarán la temporada 2 de la precuela de Juego de Tronos el lunes 17 de junio en España, la noche del domingo 16 en América Latina. Ese día, llega el fuego Targeryen

La nueva temporada retoma la historia de La Casa del Dragón tal y como acabó. La división en el seno de los Targaryen se hizo evidente con la muerte del rey Viserys. La facción de los Verdes defendía a Aegon como el legítimo nuevo monarca, mientras que el bando de los Negros hacía lo propio con Rhaenyra. Con las tensiones en aumento, Aemond, el hermano de Aegon, derramó la primera sangre al atacar a su sobrino, Lucerys Velaryon, el hijo de Rhaenyra. Su gigantesca dragona, Vhagar, devoró y destrozó en pedazos al de Luke, Arrax, con el joven príncipe subido tratando de escapar. Las consecuencias dicho acto desatarán la Danza de los Dragones, la guerra abierta.

La Casa del Dragón

La nueva temporada de la serie comienza con dos episodios de mera introducción que rescatan los mejores aspectos del drama político de la primera entrega. Aunque incluyen algunos momentos salvajes y frenéticos, la mayor parte de la violencia y acción se guardan para más adelante, ofreciendo por ahora una sensación de contención que solo rompe Daemon, que evita que la serie se estanque.

Puntuación: 4 de 5.

Una nueva partida

La tarea de los dos primeros episodios de La Casa del Dragón es muy clara. El estatus quo del universo de Poniente debe recomponerse por dos motivos. El primero es que han pasado dos años y los espectadores tienen que volver a familiarizarse con el mundo de la serie. Por eso el ritmo es pausado y la serie se toma todo el tiempo del mundo en recordarnos dónde está cada personaje, no solo física o políticamente, sino también a nivel emocional. El público debe recuperar la sensación de estar metidos de lleno en una gran historia y para eso hace falta calma, al menos en estos primeros compases.

Eso conecta directamente con el segundo motivo. Y es que la tragedia que ha sacudido a sus protagonistas es tan grande que ya nada volverá a ser como antes. La muerte de Luke es un punto de no retorno que cambia drásticamente el futuro de todos ellos. La Casa del Dragón estuvo preparando el terreno para una guerra que se anunciaba inevitable. Y estos primeros episodios no hacen, sino confirmar que lo que está por venir va a ser terrible, aunque parece que no termina de llegar.

La Casa del Dragón

La promesa de algo más grande

Porque, en su arranque, La Casa del Dragón se queda en eso, en una promesa de que la acción, el fuego y la sangre van a desatarse más adelante. Es cierto que hay algunos momentos absolutamente impactantes y brutales para quienes no estén familiarizados con el libro de Martin. Pero, en general, lo que caracteriza los primeros capítulos de la segunda temporada es una sensación de contención, de creación de atmósfera antes de que todo salte por los aires.

Como ocurría al final de la primera entrega, todo está listo para que las bestias y los ejércitos empiecen a destruir sin piedad. Pero los personajes esperan. La mayoría de ellos observan el devenir de los acontecimientos para tener una posición lo más ventajosa posible. Son reactivos, no toman la iniciativa. Además, en ese juego de poder Rhaenyra se encuentra en de luto, por lo que quien mueve la trama no es ella sino Daemon. El personaje de Matt Smith va dos marchas más acelerado que el resto y dinamiza los dos episodios para que la ansiada batalla empiece cuanto antes.

En realidad, es una decisión muy razonable. Se espera que La Casa del Dragón tenga varias temporadas más. Y, aunque es cierto que se había asegurado que esta nueva entrega iba a ser mucho más dinámica y llena de acción que la anterior, la transición debe hacerse paso a paso. Si comenzase con toda la carne en el asador, para los últimos episodios ya no habría apenas margen de sorpresa. Todo se está cocinando muy poco a poco, a un timo hábil pero lento.

La Casa del Dragón

Un reparto entregado

Eso sí, a pesar de este arranque sosegado, de lo que no se puede dudar ni por un segundo es de la entrega absoluta del reparto de La Casa del Dragón. Los más veteranos de la serie mantienen el toque de sus personajes, ofreciendo una continuidad perfecta que borra de un plumazo estos dos años de espera. Emma D'Arcy, Olivia Cooke, Matt Smith... No hay uno solo que desentone un ápice. Y lo mismo hay que decir de los más jóvenes, que llegaron a la serie en el final de la primera temporada.

Si verles ayuda a recobrar el entusiasmo por el proyecto, todo se apoya una vez más en el exquisito trabajo artístico. Tanto las localizaciones físicas como los efectos digitales vuelven a demostrar un profundo mimo por el proyecto. La Casa del Dragón es la gran apuesta del HBO actual y hay que tratarla como tal. Cada escama de dragón, cada columna del palacio de Desembarco del Rey, cada detalle de una armadura o vestido... Todo está cuidado a la perfección, devolviendo una vez más ese sentimiento de que HBO "no es televisión", como rezaba su lema. La calidad es absoluta.

Date de alta en MAX y tendrás acceso a las mejores series y películas exclusivas como The Wire, Los Soprano o Casa del Dragón. Incluye todo el catálogo de Warner, los clásicos de Cartoon Network, los grandes estrenos y el mejor deporte.

En definitiva, la segunda temporada de La Casa del Dragón arranca ofreciendo una sensación de mera introducción, pero aún tiene mucho margen para crecer. Se espera que en los seis episodios restantes la violencia vaya a más, mostrando explícitamente esa guerra que definirá Poniente para siempre. Por ahora, se asienta desde la contención en las virtudes del drama político de la primera entrega. Siempre con la promesa de estallar de un momento a otro en el horizonte.