El pasado 5 de junio Boeing logró por fin lanzar su Starliner al espacio. Tras varios aplazamientos e intentos fallidos, la cápsula que acompañará a la Starship de SpaceX como medio de transporte para astronautas y mercancías de la NASA hasta la Estación Espacial Internacional (EEI) puso rumbo a estas instalaciones con dos viajeros a bordo: Butch Wilmore y Suni Williams. Justo un día antes de este lanzamiento exitoso se detectó una fuga de helio, pero los ingenieros no le dieron importancia. La nave podría soportar hasta 5. Por desgracia, se acaba de descubrir la quinta fuga, de modo que ahora toca decidir qué se debe hacer para extremar la seguridad en el viaje de vuelta.

Este viaje se iba a realizar una semana después del lanzamiento. Sin embargo, se decidió posponerlo hasta el 18 de junio, para que Williams y Wilmore puedan participar en una caminata espacial en la EEI. Dicha caminata tendrá lugar hoy mismo, 13 de junio, mientras que en la Tierra los miembros de la misión deciden qué se puede hacer con esas 5 fugas.

De momento, no creen que haya que aplazar el viaje de vuelta. Habrá que cerrar los colectores hasta que no quede más remedio que utilizarlos, pero poco más. Al fin y al cabo, para volver a Tierra se necesitan solo 7 horas de vuelo libre para el viaje de vuelta y con el helio que contienen ahora mismo Starliner podría volar libremente durante 70. Es importante vigilar que no haya más problemas, pues 5 son ya muchas fugas de helio, pero todavía no se considera algo catastrófico.

Las fugas de helio de Starliner

La primera de las fugas de helio de Starliner se produjo justo el día antes del lanzamiento. No obstante, los científicos de Boeing consideraron que esto no era algo grave y señalaron que solo sería preocupante si llegaba a 5.

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La primera fuga se detectó incluso antes del lanzamiento. Crédito: NASA

Al día siguiente del lanzamiento ya se detectaron otras 3. La situación empezaba a ser más serie, pero la quinta no había llegado. Ha sido ahora, con sus dos astronautas preparándose para la caminata espacial, cuando se ha llegado a esa línea roja. 

Los responsables del proyecto han tomado la decisión de cerrar los colectores de Starliner. Solo se abrirán para el viaje de vuelta, ya que son necesarios para el desacoplamiento y la desorbitación. Si todo va bien y no hay más fugas de helio, eso ya debería ser suficiente.

También hay que echar un ojo a los propulsores

Otro de los problemas que ha experimentado Starliner tras su lanzamiento es el fallo de los propulsores del sistema de control de reacción. En total, la cápsula tiene 28, de los cuales hubo 5 que fallaron de alguna forma durante el viaje a la EEI. Desde que llegó a las instalaciones, 4 de ellos han vuelto a funcionar adecuadamente, pero uno sigue dando problemas. Por eso, también sería necesario revisarlo.

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Los astronautas a bordo están comprobando si Starliner se puede usar como refugio de emergencia. Crédito: Boeing

Mientras tanto, Wilmore y Williams siguen comprobando la utilidad de Starliner para los futuros vuelos de la NASA. Han realizado pruebas con sus trajes de vuelo, los asientos de la nave e incluso la capacidad para convertirla en un refugio de emergencia. Esto significa que, en caso de que hubiese algún tipo de problema en la Estación Espacial Internacional, sus tripulantes podrían refugiarse en Starliner mientras que esta se mantuviese acoplada. Es una función esencial para que pueda ser utilizada por la NASA según lo previsto. De momento, parece que todo eso sí que va perfectamente. Los propulsores y las fugas de helio preocupan bastante más, pero no parece que haya un fallo insalvable.