Desde su presentación en el ya lejano 2013, el iPad Air ha experimentado una evolución sin precedentes dentro de catálogo de Apple. Tope de gama en sus orígenes, estuvo un tiempo en tierra de nadie, hasta que la generación anterior lo catapultó como la opción más equilibrada dentro de la gama. Ahora vuelve a posicionarse como la elección más inteligente, a medio camino entre la gama de entrada y el iPad Pro, en un equilibrio perfecto de hardware con un diseño que sigue siendo exquisito. ¿Su único problema? El iPad Air sigue siendo… un iPad.
Apple lo ha mejorado aquí y allá con lo mejor de cada casa. Uno de sus chips más potentes hasta ahora limitado al Mac y al iPad Pro, cambios sutiles en la cámara y una nueva opción de 13" que, sin duda, es el ideal para lo que buscan sustituir su portátil por iPad sin querer (ni necesitar) la potencia de los Pro. Y ahí reside su principal flaqueza, que no es exclusiva de este iPad, sino aplicable a toda la gama.
Pese a que iPadOS ha experimentado una enorme evolución en todos estos años desde que se presenta como versión separada a iOS, sigue sin estar a la altura del hardware que lo mueve. Y no importa si estamos hablando del iPad de entrada, que tiene muchas de las características de este iPad Air, o del nuevo y flamante iPad Pro con chip M4. Para el común de los usuarios, el uso general del iPad es indistinguible entre las diferentes opciones que ofrece Apple. Y la línea se difumina aún más entre el iPad más barato y este iPad Air de sexta generación.
iPad Air (2024)
Estamos ante uno de los productos más redondos de Apple en cuanto al equilibrio en potencia y precio. Un hardware excelente cuyo cuello de botella sigue siendo un sistema operativo que, pese a que ha crecido en posibilidades en los últimos años, sigue estando muy por detrás de las posibilidades que imaginas echando un vistazo a sus espeficaciones.
El iPad Air de 2024 es el más redondo hasta la fecha
No obstante, todas estas concesiones son de sobra conocidas. El iPad, como producto, lleva con nosotros más de una década, y sus carencias de software, que tienen en parte una solución bastante sencilla en términos de flujo de trabajo, no menosprecia la valía del hardware. Porque el iPad Air de sexta generación, como producto en sí mismo, es el más redondo de Apple hasta la fecha. Quizás, su precio, sobre todo teniendo en cuenta el pack completo de tablet+teclado, lo saca un poco fuera del mercado, incluso dentro de la propia Apple, pero eso no quita que la compañía haya llevado su equipo hasta un nivel en el que es imposible de competir si no eres la propia Apple.
Sobre el papel, el iPad Air de sexta generación es la evolución lógica de la generación anterior. Es mejor producto en casi todos los aspectos, y una reminiscencia del iPad Pro al que le han recortado algunas funciones que, si bien son bienvenidas, supondría un aumento de precio que difumaría más la línea entre las dos gamas. Podríamos ver al Air como un Pro de generación anterior. Es una estrategia similar al del iPhone y al iPhone Pro, y desde luego no es nueva ni en Apple ni en otros fabricantes tecnológicos.
Hay cosas que sí que se echan de menos en este nuevo iPad Air, sobre todo cuando metemos su precio en la ecuación. Apple podría haber aprovechado esta renovación para, al menos, introducir Face ID en la gama intermedia que representa el Air. Otras tecnologías de los Pro serían bienvenidas, como el OLED, pero lo cierto es que la pantalla del iPad Air es sobresaliente, y está muy por encima de la mayoría de productos que compiten en su gama de precio.
Tampoco vemos en esta nueva generación la pantalla de 120Hz ni la inclusión de Thunderbolt en su USB-C, que se queda en estándar USB 3 (hasta 10 Gb/s) con compatibilidad Display Port para monitores externos. Estas carencias no hacen del iPad Air un producto peor en ningún aspecto, pero es interesante comentarlo ahora que, por fin, empiezan a existir más diferencias que justifiquen el salto de precio entre las diferentes gamas del iPad.
Un aspecto en que Apple sí ha estandarizado la gama entre el Air y el Pro es su tamaño. El iPad Air de sexta generación ahora llega en versiones de 11 y 13 pulgadas. Ambas ofrecen el mismo hardware, el chip M2 de Apple, que ya es un viejo conocido entre la gama iPad y el Mac. De nuevo, la punta de lanza de los Pro de la generación anterior es el punto de partida de los nuevos iPad Air.
Pese al mencionado aumento de tamaño en el modelo de 13 pulgadas, Apple ha mantenido a raya el peso. En su uso cotidiano no se nota un equipo pesado, pese a que el tamaño es bastante superior al que uno podría tener en cabeza cuando piensa en un iPad. No obstante, el combo de iPad y teclado cambia las tornas, y el precio a pagar por convertirlo en una suerte de equipo convertible es un aumento considerable de peso (y de precio) que rivaliza, en cuanto a sensaciones (y de nuevo, en precio), con un MacBook Air. Comparado con un MacBook Air M3, que pesa 1.24 kg, el combo iPad Air de sexta generación más teclado es 100 g más pesado, hasta los 1,31 kg.
El iPad Air de sexta generación lleva dentro de sí, como hemos mencionado en varias ocasiones, un chip M2 de Apple. La potencia y fiabilidad del silicon de Apple ya está de sobra testada, tanto en entornos domésticos como profesionales. Ahora bien, el usuario medio, enfocado a tareas domésticas con el iPad, o incluso a profesionales que se alejen de las necesidades específicas del Pro, no encontrará grandes diferencias de uso en el día a día respecto a la generación anterior con el M1.
Mejoras en el consumo energético, con algunos minutos de batería al día, y general mayor soltura en el sistema. A día de hoy, y pese a las aplicaciones específicas en entornos más creativos, el mayor cuello de botella de este iPad no está sus especificaciones del hardware, sino en su software. iPadOS, sencillamente, sigue sin estar a la altura del hardware que lo mueve.
Apple ha dado algunos pasos en este sentido, y Final Cut Pro for iPad 2 es una buena muestra de ello (que por cierto es totalmente compatible con el iPad Air de sexta generación). Pero, de nuevo, los desarrolladores deben ser los que extraigan todo el jugo a este hardware, que es exactamente lo que el consumidor lleva pidiendo desde que vimos el primer iPad con chip M, e incluso antes con la potencia de los AX de la propia compañía.
Cumple en casi todo, brilla en el gaming
Donde sí brilla este iPad Air y su potencia extra, al menos para consumidor general, es un aspecto muy importante: el gaming. No solo porque la potencia extra del M2 hace que cualquier título de la App Store funcione a máxima calidad sin carencias de ningún tipo, es que su pantalla de 13 pulgadas permite jugar en cualquier situación de una forma comodísima y con una calidad asombrosa. Juegos como Genshin Impact o Warzone Mobile son una gozada en la pantalla del iPad Air y, emparejado con un controlador, es la mejor consola para jugar en movilidad.
La apertura de la App Store a emuladores no va a hacer más que ofrecer más posibilidades a un iPad que, por su potencia, permite jugar a cualquier título sin despeinarse y de una forma tremendamente cómoda. Lo mismo para el juego en la nube a través del navegador, las 13" del iPad Air son uno de los mejores aliados para el jugador casual que busque sacar más partido a su tablet apostando por el gaming.
Otro de los cambios de esta nueva generación tiene que ver con la posición de la cámara. Si con la generación anterior Apple impulsó al Center Stage, la función que sigue tu cara durante una videollamada, ahora la coloca en un lugar más óptimo para las mismas. Pasa a estar en uno de los lados del iPad, similar a la posición que tiene en un MacBook. Esta posición es más cómoda si vamos a usar un iPad como si fuera un portátil, con su funda con teclado o con otra de terceros, pero no es mejor posición per se en todas las situaciones.
Por su posición, está justo en el lugar que agarramos el iPad cuando lo usamos en vertical o sin funda, y lógicamente, atrae todas las huellas del mundo. Si esto es un problema o no, dependerá del usuario y de cómo vaya a usar el iPad. Es un cambio que preferimos comentar en forma de apunte. Lógicamente, la cámara no interfiere ni en el uso común del iPad ni supone mayor problema el estar en otra posición, pero es un cambio importante al fin y al cabo.
Un apunte interesante del iPad Air de 13" que lo diferencia enormemente del modelo más pequeño, y que sin duda es un enorme acierto por parte de Apple, es que lo acerca un poco más a los portatiles tradicionales. Pese a que la línea entre ambos sigue siendo muy difusa por las diferencias intrínsecas a ambos dispositivos y a su software, las 13 pulgadas del iPad Air lo hacen muy cómodo. Y no solo el consumo de contenido, también el trabajo en movilidad. Aceptadas las limitaciones de iPadOS en este sentido, este aumento de pantalla abre muchas más posibilidades al iPad Air que hasta ahora solo estaban destinadas a los Pro. Cosas tan sencillas como abrir hojas de cálculo o trabajar con un documento largo ponen de manifiesto, de forma imendiata, las bondades de una pantalla de este tamaño, amén de lo cómodo que resulta el espacio extra para trabajar con varias aplicaciones a la vez.
Dado lo brillante del hardware en su conjunto, la excelente potencia y garantía de futuro que ofrece su chip M2 y el aumento de pantalla, estamos ante un equipo tan bueno en la suma de sus partes que, con un poco más cariño por parte de Apple en las posibilidades de su sistema operativo, podría convertirse en el equimo más recomendable de todo el catálogo de la compañía. Solo un par de pinceladas en su sistema operativo lo separan de la excelencia que uno espera al ver su hoja de espeficiaciones. Quizá la WWDC 2024 sea el punto de partida de ese futuro 🤞.
iPad Air (2024), ¿merece la pena?
¿Merece la pena el iPad Air de sexta generación? Pues, en pocas palabras, sí. Es el único iPad con chip de la serie M fuera de la gama Pro, y en relación calidad precio, es el más redondo de todos. Si bien la combinación de 13 pulgadas con funda está por encima del precio de un Mac, sigue siendo la propuesta más recomendable tanto para consumo como para creación de contenido. Apenas hay alternativas en el mercado de esta gama en términos de potencia bruta y precio.
Una pantalla de esta calidad y tamaño, en un diseño tan bien cuidado y bien rematado, no está al alcance de la mayoría de fabricantes. La inclusión, además, del M2 de Apple, es sinónimo de potencia para cualquier usuario y situación. Es una garantía de futuro, sobre todo ahora que se empieza a escuchar más en Apple la palabra IA.
No obstante, seguimos echando de menos Face ID, sobre todo atendiendo al precio del dispositivo y teniendo en cuenta que el iPhone 15 básico sí lo ofrece. Los 128 GB del modelo base, en pleno 2024, siguen siendo escasos, y el salto al modelo inmediatamente mayor, de 256 GB, suponen un aumento de precio de 130 euros. En los tiempos que corren, de contenidos en 4K y archivos pesados, este último debería ser el estándar. Quizás en la próxima generación.
Más allá del complicado equilibrio en términos de capacidad y precio, pocas pegas se le pueden sacar al iPad Air de 2024. Como pieza de hardware, es un equipo redondo en todos sus apartados y sobresaliente en muchos de ellos. Una experiencia que solo queda lastrada por las limitaciones que, a día de hoy, sigue teniendo iPadOS. Y esto es extensible tanto a este y a cualquier otro iPad, aunque que se apellide Pro. Mientras este apartado no cambie, con cada modelo de iPad caminamos en círculos. Más grandes y más potentes sí, pero un camino que nos lleva exactamente al mismo sitio del que partimos.