Tras atravesar el mayor periodo de tiempo sin actualizaciones, Apple finalmente ha lanzado el nuevo iPad Pro M4. Esperábamos algunas mejoras progresivas, habituales en este dispositivo, pero lo que presentó la compañía es más interesante y más desafiante —en términos de miniaturización e innovación— de lo que esperábamos.
El nuevo iPad Pro llega con tres mejoras significativas clave: una pantalla oled en “tandem”, el primer dispositivo con el nuevo chip M4 diseñado por la compañía, se convierte en el dispositivo más delgado que han fabricado —apenas 5,1 mm— que también lo convierte en una tablet ultraliviana.
Y este es el sueño, ¿verdad? Un dispositivo ultraportátil, con una pantalla que ocupa todo el frontal, pero que sea muy rápido y al mismo tiempo muy liviano. Una tablet que también puede ser usada para trabajar, para hacer funcionar aplicaciones profesionales, con la que no tengamos que preocuparnos por la autonomía. Este iPad Pro parece ser el dispositivo definitivo en ese sentido, el paso correcto para cumplir ese sueño. ¿Pero realmente lo logra?
iPad Pro M4 (2024)
Apple parece desafiar las leyes de la física con un dispositivo de apenas 5 milímetros de grosor con una potencia similar al Mac Studio M1 Max. Con una de las mejores pantallas que hemos visto en un producto tecnológico y un peso mínimo que nos acerca al sueño del tablet capaz de hacerlo todo. Pero sigue estando limitado por su sistema operativo.
El iPad Pro es más delgado y más liviano que nunca
El iPad es un dispositivo que lleva en el mercado más de diez años, pero Apple ha logrado sorprendernos con el tamaño y peso del dispositivo. Es, literalmente, lo primero que te llama la atención al sostenerlo en la mano. En la redacción de Hipertextual pasan literalmente cientos de dispositivos tecnológicos al año, pero cuando sacamos este nuevo iPad Pro de su caja, la sorpresa grata fue general.
Ya lo había experimentado durante el hands on tras la presentación del dispositivo en las nuevas oficinas de Apple en Londres ubicadas en Battersea. Sin embargo con un poco más de calma, la sorpresa se mantiene.
Apple ha conseguido que el iPad Pro de 11 pulgadas tenga un grosor de apenas 53 millímetros y el de 13 pulgadas aún menos, 51 milímetros. Es el dispositivo más fino que ha fabricado la compañía —incluso más que el iPod nano más nano— y al mismo tiempo es de los más potentes. Eso tiene mucho mérito.
Y aunque la altura y anchura del dispositivo es un poco mayor a generaciones anteriores —debido a que la pantalla pasa de 12,9 a 13 pulgadas— gracias a su menor grosor, pesa 100 gramos menos. Y vaya que se nota.
Hay algo de magia detrás de un dispositivo así de liviano y con un grosor tan mínimo. Cada día más cerca de la máxima de la tecnología invisible y últraportátil pero muy potente. Estamos llegando a ese punto en que el iPad es una lámina de cristal en donde teóricamente podríamos hacer casi cualquier cosa.
Pero todo esto no sería muy relevante si no estuviese combinado con la nueva pantalla del iPad Pro M4.
Nueva pantalla OLED tándem
Por primera vez tenemos una pantalla OLED en el iPad. Las ventajas las conocemos de sobra: mayor contraste, colores más vivos, negros realmente negros, un panel más liviano y más fino. Se nota inmediatamente.
Pero para conseguir los 1000 nits de operación normal y 1600 nits en pico de contenidos HDR, Apple ha incorporado una nueva innovación por medio de dos paneles OLED en tándem. De esa forma esquivan el mayor problema de esta tecnología: el brillo.
Al panel OLED en tándem la han aplicado tecnología ProMotion de 120 Hz, gama cromática ampliada P3 y True Tone, que está bien para el día a día, pero recomiendo desactivar si trabajas con fotografías o color en vídeo. Apple le llama Ultra Retina XDR.
De hecho, Apple ha incluido el modo referencia en el iPad Pro M4 para trabajar en corrección de color profesional de metraje en diferentes estándares de color y vídeo, incluyendo BT.709, sRGB, HDR10 (BT.2100 PQ), BT.2100 HLG para perfil Dolby Vision 8.4, Dolby Vision 5, entre otros.
Incluso es posible activar el modo referencia en el iPad Pro y usarlo con Sidecar para desplegar contenido editado en una app de Mac y emplear la pantalla como monitor calibrado para etalonaje.
Comento todo lo anterior porque, la verdad, la pantalla de este iPad Pro es tan buena, que será difícil de superar, en general. No solo en tablets. También en portátiles o monitores. Por ejemplo, ofrece el doble de contraste que la pantalla del MacBook Pro de 14 o 16 pulgadas (2,000,000:1 versus 1,000,000:1). Y, aunque tienen el mismo brillo máximo, los MacBook siguen usando mini-LED, y, por lo tanto, la precisión de la imagen no es igual.
Vuelvo al inicio de esta reseña: es algo que impresiona, sobre todo si tomamos en cuenta que es una tablet. No debería funcionar así. Esta pantalla no debería estar en un iPad. Pero la tecnología lo permite, y por muy acostumbrado que esté a este ritmo de innovación, sigue sorprendiéndome.
Cristal nanotexturizado
El iPad Pro tiene la opción de cristal nanotexturizado, que en términos prácticos es una pantalla matte que para muchas personas puede ser muy útil, pero tres advertencias a quienes estén interesados.
Sí, ver contenido de esta pantalla en un cristal mate impresiona más aún. Parece —de verdad— una impresión de alta calidad, no una pantalla. Pero a cambio se perderá algo de contraste porque los negros no se verán tan negros como en la pantalla estándar del iPad Pro. Lo segundo es que estas pantallas son muchísimo más sensibles y solo pueden ser limpiadas con paños especiales. Apple incluye uno. Y por último, claro, es un poco más caro.
Chip Apple M4, más potente, más eficiente
Otra de las sorpresas del iPad Pro es su chip. Apple ha decidido que sea una tablet el primer dispositivo que incluye el nuevo M4. Comparado con el M2 es capaz de ofrecer la misma potencia utilizando tan solo un 25 % de la energía. Se puede ver de otra forma: hasta cuatro veces más potencia, manteniendo la misma autonomía que la versión anterior del iPad Pro.
Apple asegura que la potencia de CPU pura es 1,5 veces mayor al M2. En parte gracias a que el M4 —en versiones de 1 TB y 2 TB— incluye cuatro núcleos de desempeño y seis núcleos de eficiencia. Las versiones de 256 GB y 512 GB, en cambio, incluyen tres núcleos de desempeño y siete núcleos de eficiencia. Por comparar, el M2 tiene ocho núcleos de CPU.
Para optimizar el desempeño de videojuegos y otras apps gráficas, el M4 incorpora trazado de rayos por aceleración de hardware, función que debutó en los M3. También incluyen la decodificación vía hardware del códec AV1, utilizado por plataformas de streaming como Netflix o YouTube. De esa forma se ahorra bastante batería al ver vídeos.
El incorporar el M4 en el iPad Pro era necesario para impulsar todas las novedades del dispositivo: su grosor mínimo y esa pantalla OLED tándem. Pero estoy seguro de que esto es una declaración de intenciones: miren lo que podemos hacer cuando controlamos el 100 % de la cadena de producción del dispositivo, incluyendo todos los componentes internos.
El chip M4 incluye también 16 núcleos de motor neuronal para tareas de inteligencia artificial. Apple está hablando mucho más de IA durante 2024, preparándose para los cambios que llegarán en este aspecto una vez que anuncien nuevos sistemas operativos. Y los chips ya vienen preparados para ello, en realidad, desde hace varios años.
Esto permite que Apple pueda ejecutar grandes modelos de lenguaje (LLM) de forma local y aprovechar lo más posible la potencia del dispositivo sin tener que acceder a la nube. Esto tiene decenas de ventajas, desde la velocidad en que funciona la inteligencia artificial, no depender de una conexión de internet, hasta temas de privacidad.
Cambios en las cámaras
Tanto la cámara delantera como trasera llegan con novedades. En el caso del módulo trasero, han retirado uno de los objetivos. Apple ha explicado que es una decisión que responde a una de las funciones más usadas del iPad: escanear documentos.
El sistema de escaneado de documentos de Apple usando la cámara de sus dispositivos es sumamente cómoda, y sumamente fácil de usar. Solo apunta a un folio, el dispositivo toma la foto automáticamente y cambia su aspecto para que parezca un documento generado en un scanner. El problema, especialmente con el iPad por su tamaño, siempre fueron las sombras.
Apple lo ha solucionado retirando uno de los objetivos y agregando un flash que toma varias fotos, en varios tonos, para hacer el scan del documento de la forma más clara posible. Muy a favor de quitar y poner cosas que respondan a usos reales.
Algo similar ha sucedido con la cámara frontal. Esta estuvo siempre ubicada en la parte superior del iPad si se sostiene en formato vertical. Con la popularización de las videollamadas y el uso habitual de una tablet en la actualidad, esa posición ya no tenía sentido.
Casi todos usamos las tablets de forma horizontal —a diferencia del smartphone— y, por lo tanto, hace sentido que la cámara frontal esté ubicada en la parte superior del dispositivo cuando lo usamos en ese formato. Y es exactamente lo que ha hecho Apple con el iPad Pro M4.
El Apple Pencil Pro es una agradable sorpresa
El Apple Pencil Pro es otra de las sorpresas del lanzamiento de esta nueva generación de iPads. Físicamente, se ve exactamente igual a los Apple Pencil de segunda generación o USB-C, pero tiene una serie de funciones nuevas muy interesantes que cambian por completo la relación que tienes con el iPad y con el accesorio.
El Apple Pencil Pro tiene un nuevo gesto de apretar, que al hacerlo, dependiendo de la app, te muestra un menú contextual. Pero además, al hacer el gesto, el Pencil Pro tiene retroalimentación háptica. Es un detalle pequeño con un impacto inmenso en su uso. Es como si estuviese vivo. Es una sensación interesantísima, muy orgánica, que cambia por completo la forma en que lo concibo.
También detecta la rotación del Apple Pencil Pro, que le da otra capa orgánica más a su uso y su interacción con el iPad. Al dibujar sobre la pantalla, el resultado es mucho más realista.
Por último, el Apple Pencil Pro tiene —¡al fin!— la posibilidad de encontrarlo con la app Buscar, que estoy seguro que será un gran alivio para muchas personas, y me incluyo.
Nuevo Magic Keyboard
El nuevo Magic Keyboard para el iPad Pro M4 viene con bastantes mejoras, muchas de las cuales llegan un poco tarde, pero finalmente llegan. Ahora el área interna es de aluminio, con un trackpad mucho más grande y teclas con muy buen recorrido.
El teclado también es un poquito más liviano, 40 gramos menos, que su antecesor. Sumado a la reducción de peso del iPad Pro, la combinación de ambas cosas lo sitúan prácticamente en el mismo peso que un MacBook Air.
Esto es una buena noticia, porque la generación anterior del iPad Pro, combinado con la generación anterior del Magic Keyboard lo hacían más pesado que un MacBook Air. Y un poco perdía sentido cargar con ambos objetos, porque con un iPad, lo que buscas, es portabilidad máxima. De hecho, ese problema aún lo tiene el nuevo iPad Air de 13 pulgadas.
Además de su peso, en el día a día, se notan bastante las mejoras del nuevo Magic Keyboard. El aluminio en el area de descanso de las palmas de las manos es mucho más agradable que el material anterior. Pero la gran mejor está en la tecla Esc y toda la fila de teclas de función que finalmente han sido incluidas.
Esto ha sido motivo de discusión en la redacción. ¿Realmente es importante la tecla Esc? ¿Realmente hace falta esa fila de teclas de función? Personalmente, celebro la llegada de la tecla Esc y nunca he entendido por qué Apple la eliminó de sus teclados hasta ahora. Quienes trabajamos con atajos de teclado y buscamos la mayor productividad posible de esa forma, es superimportante. Y por supuesto que quiero ser más productivo con el iPad Pro.
Sucede lo mismo con la fila de teclas de función. Sí, son de uso más orientado a profesionales. ¡Pero estamos hablando del iPad Pro! Exactamente el tipo de dispositivo que usarán personas con conocimientos avanzados que sacarán provecho de este tipo de cosas.
El iPad Pro M4 es uno de los mejores dispositivos que ha hecho Apple, aún limitado por su sistema operativo
No hay duda al respecto. El iPad Pro M4 es uno de los dispositivos más impresionantes que ha hecho Apple, con permiso de las Vision Pro. Es potentísimo, una pantalla impresionante, en un formato ultraliviano y ultra delgado, pero sin perder autonomía. No se le podía pedir más al dispositivo. Se acerca a la perfección tecnológica que esperamos.
Pero el hardware, por muy impresionante que sea, solo cuenta la mitad de la historia. El otro 50 % es su software y iPadOS sigue siendo una limitación importante para este dispositivo. Es la historia sin fin. He llegado a esta conclusión varias veces en la última década. Siempre es igual: llega un nuevo iPad más fino que nunca, más liviano que nunca, con más potencia que nunca, pero acabamos frustrándonos con lo que no se puede hacer —o se puede hacer con muchas dificultades— y terminamos volviendo al Mac para hacer una tarea mucho más rápido.
Hace unos años antes ya habíamos estado exactamente en este mismo lugar. Esto es como la escena en Matrix de Neo con Trinity, Apoc y Switch dentro de un coche, bajo un puente y una lluvia torrencial. Ya hemos estado aquí, ya sabemos cómo termina esta historia. Ya os había comentado años atrás que “este nuevo iPad cuenta la mitad de la historia, queda esperar a que Apple anuncie su nuevo sistema operativo, donde podrían llegar decenas de cambios que hacen al dispositivo significativamente más útil y productivo”.
Y eso podría pasar en la próxima WWDC, donde Apple anuncia nuevas versiones de sus sistemas operativos con todas sus novedades. Puede ser que este año iPadOS finalmente sea el sistema operativo que todos queremos. Algo que exprima al 100 % a los iPad, especialmente al Pro, y finalmente se conviertan en el dispositivo ultraportátil de alta productividad, flexible y modular.