Un lugar tranquilo: Día 1, tenía varios retos que superar. Por un lado, el de ser una precuela de un universo sencillo, que basó su originalidad en decir muy poco. Al otro extremo, evitar volverse repetitiva. Después de todo, la premisa continúa siendo la misma que las dos películas que le precedieron. Sobre todo, al enfocar el terror de una invasión extraterrestre cuyo principal objetivo es asesinar a la especie humana, en la habilidad de los sobrevivientes de mantenerse en silencio. La premisa, llevada al extremo en las dos anteriores películas, alcanza una nueva dimensión en su tercera parte, ubicada, tal y como índica su título, al comienzo de todos los eventos narrados en las anteriores.
Pero ese extremo — el silencio obligatorio, aterrorizado y que, con frecuencia, es imposible de mantener — se hace distinto en la nueva entrega de la saga. No solo porque el escenario cambia — de las zonas rurales o remotas, ahora la acción en Nueva York — sino porque, en realidad, todavía nadie comprende qué es lo que hace atacar a las criaturas. El director Michael Sarnoski — que toma el testigo de John Krasinski detrás de las cámaras y en el guion — profundiza en la idea del horror. A pesar de la nueva información acerca de por qué los alienígenas, nada se da por sabido o es obvio.
De hecho, el ritmo de la película, sigue el ejemplo de las que le precedieron, al enfocar toda su atención en los personajes antes que en la crisis que le rodean. Pero al mismo tiempo y este es el gran cambio en la estructura de la cinta con respecto a la saga, hay un despliegue de datos nuevos sobre los alienígenas. De la forma en que se mueven — y el porqué lo hacen — y el motivo por el cual, su ataque fue tan directo, frontal y al final, imposible de detener en primer lugar. Un lugar tranquilo: Día 1 podría tomarse como una caja de instrucciones que acumula todos los giros importantes que ya narró el resto. Sin embargo, no por eso, resulta predecible, o por esa razón, repetitiva.
Un lugar tranquilo: Día 1
Un lugar tranquilo: Día 1, toma la fórmula ya conocida de la franquicia y la lleva a un lugar distinto. En esta ocasión, la tragedia apenas comienza y todo ocurre en Nueva York. Pero en vez de narrar otra de las tantas películas apocalípticas con la ciudad como escenario, el guion explota en sus personajes y crear una serie de secuencias terroríficas basadas en la tensión y en la atmósfera. Lo que brindan a la cinta, una poderosa personalidad.
Los aciertos de ‘Un lugar tranquilo: Día 1’
Lo interesante de esta precuela, que podría parecer innecesaria de no tener una poderosa personalidad propia, es su capacidad para contar en poco, mucho. Lo que conserva la tradición de la saga, pero la lleva a otro nivel. En esta ocasión, hay más recursos, un universo ya planteado y evidentemente, un despliegue digital más cuidadoso que en las cintas previas. Sin embargo, el director (que ya vimos en Pig, con Nicolas Cage), enfoca todos los dilemas en Sam (Lupita Nyongo’o) y Eric (Joseph Quinn). Una decisión correcta que evita que la película sea otra disaster movie en menos dimensión y amplitud que otras.
Antes que eso, conserva los principales puntos que caracterizaron a los dos largometrajes anteriores. Por lo que hay un ataque sorpresivo que comienza la acción y sin que los personajes puedan entender qué ocurre en realidad. Sam y Eric (ella, con un gato en brazos), podrían ser cualquiera en una ciudad en crisis, pero el guion, explora en sus peculiaridades y los hace tridimensionales. Hay una evidente intención de la trama por lograr que tanto Sam como Eric, sean la representación viva de todos los matices que puede brindar un personaje en medio de una situación extrema. Un lugar tranquilo: Día 1 está más interesada en emocionar y empatizar, que en solo mostrar horrores o en cualquier caso, un despliegue de atmósfera terrorífica.
Que la hay — el tramo medio es, quizás, uno de los mejores del año en cuanto al género de terror se refiere — pero la cinta, no es solo ese aspecto de lo terrorífico. Hay muchos momentos emotivos — y el uso del gato como elemento emocional es brillante — lo que permite que la película segundas y terceras lecturas. Todas inteligentes acerca de lo que podemos hacer para sobrevivir y en cualquier caso, que haríamos para lograrlo. Un lugar tranquilo: Día 1 tiene la capacidad de ser una sólida trama de terror, pero también, dejar el mayor peso del argumento en todo lo que el ser humano debe sacrificar en medio de una situación que le sobrepasa.
Un apocalipsis narrado para los amantes del género
Desde como se afronta la idea de morir y la vulnerabilidad, hasta qué hace que una víctima conserve su humanidad. El director y guionista es lo suficientemente articulado como para narrar una historia que podría representar a muchas dentro del mismo universo. Lo que convierte a la cinta, no tanto en una precuela, como una aproximación a lo que ocurre más allá de todos los horrores que muestra con deslumbrante detalle.
Otro logro notorio de la película, es utilizar los paisajes urbanos de Nueva York en medio del desastre, como una proeza artística y original. La ciudad, que suele ser el centro de narraciones parecidas, es, esta vez, una cápsula en medio de un desastre que aumenta por capas y con rapidez. Pero a diferencia de las ocasiones en que ha sido escenario de situaciones parecidas, el director apuesta por la belleza. La Nueva York de Un lugar tranquilo: Día 1 tiene mucho de un paisaje hermoso y tráfico. Con sus edificios derruidos y calles destrozadas, sigue siendo un hogar para los que huyen y lo que se esconden.
Sarnoski posee la habilidad visual suficiente, para ganar en emoción en los momentos en que Nueva York, es solo sus lugares más reconocibles. Pero sometidos a una devastación total. Lo que le confiere una triste visión de nostalgia, que la cinta aprovecha en sus momentos más dedicados al dolor de sus personajes que a lo que ocurre más allá.
Con un final doloroso, traumático y paradójicamente, muy sensible, la cinta se corona como la mejor de la saga. Y quizás, la puerta abierta para otras exploraciones parecidas. Lo que sí es cierto, es que el director tiene la suficiente habilidad para hacer de sus personajes memorables. Eso, cuando tenía todo para solo hacerlos víctimas propiciatorias. Lo mejor de esta película de inesperada calidad.