El fácil entender en qué consiste la energía geotérmica, también conocida como pozo canadiense. Su base es sencilla. Es aquella que extrae energía del calor situado bajo la superficie de la tierra. No a través del agua, como hemos podido ver durante años, sino basándose en los elementos sólidos bajo nuestros pies. Con la actual crisis energética y medioambiental, la geotermia es la nueva obsesión de muchos. También del ecosistema de las startups, que buscan hacerse un hueco en esta energía 100 % limpia y renovable.

Ha sido la eterna olvidada del grupo de energías limpias. Adelantada, de lejos, por la solar y la eólica, la geotermia no ha gozado de buena prensa por un motivo de peso. Para conseguirla en necesario tunelar kilómetros hacia el interior de la Tierra. Esto aumenta el coste y limita su instalación en muchas regiones. Asociada, de forma general con las viviendas unifamiliares, no se había pensado, hasta ahora, en sus beneficios para grandes poblaciones. A diferencia de sus pares renovables, la energía geotermia tiene una gran ventaja: no depende de un mapa del tiempo, ya que el centro de la tierra es estable los 365 días del año. Esto quiere decir que, no está sujeto a variaciones de precio en función de la oferta disponible.

Durante décadas ha venido usándose en Alemania, Austria, Suiza, Suecia, Francia o Estados Unidos. No dejando de ser, sin embargo, un modelo de energía minoritario. En el país norteamericano, la geotermia solo ocupa algo más del 2 % del consumo total de energía. En España, este modelo de energía no deja de ser algo residual. Madrid, en los modelos de nueva construcción para urbanizaciones de bloques o viviendas unifamiliares, ya está probando este nuevo modelo. En La Palma, dada su alta actividad volcánica próxima a la superficie, también se ha estudiado como una posibilidad para abordar la independencia energética de la isla.

La llamada energía geotérmica a muy baja temperatura, la que corre entre los 0 y 30 grados y es suficiente para los hogares, estaría disponible en toda la península. Ahora bien, si lo que queremos es baja-media temperatura, entre los 30 y los 150 grados, tenemos que buscar lugares específicos. Destinada a alimentar a la industria o puntos con gran consumo energético, habría que irse el Valle del Ebro, la cuenta del Duero o el Guadalquivir.

Es tanto el interés por esta nueva energía, también acompañado por la crisis del petróleo y el gas en su vinculación a la guerra de Ucrania, que la propia Unión Europea también ha venido incentivando la investigación y la inversión en nuevos modelos de energía.

Algunos problemas y muchas soluciones para la geotermia

Como todos imaginarán, cuanto más profundo es el alcance, mayor será el calor al que podremos acceder. También, más complicado será llegar a ese punto. Si bien para grandes industria se está probando una profundidad de 20 kilómetros, las experiencias más comunes se quedan en torno a los 2 de máximo. Pero el mayor problema que registra esta energía limpia, además del coste inicial, es el ciclo de uso: entre los 20 y 50 años. Muchos en términos vitales y ahorro de energía –no solo sirve para calentar, con un transformador también permite enfriar– pero poco a tenor del coste que supone en un corto espacio de tiempo.

Independientemente del coste, el interés en el sector de la energía geotérmica es claro. Fue, de hecho, la primera inversión en energía renovable del fondo de Bil Gates, Breakthrough Energy Ventures, enfocado a startups del sector. 1.000 millones de dólares para encontrar la energía limpia del futuro. En 2018, Fervo Energy, una spin-of de la Universidad de Berkeley ya empezaba a intentar buscar soluciones a la extracción de la energía del planeta.

No es la única. En el sector de la energía geotérmica, otros también han captado la atención del capital inversor. Quaise, que en 2020 recaudaba más de 5 millones de dólares, intentaba resolver uno de los mayores problemas de esta energía. No en todas las regiones y terrenos se puede instalar un sistema de extracción de calor. Cuánto más duro sea el terreno, más complicado será hacer la perforación. Las rocas densas o las altas presiones impiden a muchos el acceso a la energía geotérmica. Quise está probando perforaciones ondas milimétricas para poder acceder de una manera más sencilla y económica a esta fuente de energía.

Quaise es, junto a Dandelion, una de las más destacadas en el sector. Esta última, de hecho, forma parte del ecosistema de Google. Es el proyecto de geotermia de Alphabet y se ha definido como la energía para la gente normal.

Incluso las petroleras han manifestado su interés en la inversión en este tipo de compañías. Eavor-Loop, invertida por BP y Chevron, está enfocada a encontrar soluciones más sencillas y económicas para extraer el calor. A diferencia de los pares de su sector, startup ha ingeniado un sistema de calefacción a gran escala. Igual que los radiadores de un hogar, el agua fría entra en la tierra, se calienta y sale al circuito interno para aumentar la temperatura del los hogares. De esta manera, se evita la posterior transformación en otros tipos de energía y permite calentar a escala hasta un máximo de 16.000 hogares.

No son las únicas. Nacida en Reino Unido, Deep Power es la nueva inclusión al mundo de la energía geotérmica. Su objetivo está en encontrar modelos de perforación más rápidos y sencillos que lleguen a donde ningún humano ha podido alcanzar antes. "Cuanto más profundo vayamos, más energía podremos extraer", explican en un comunicado. Una que no tendrá límite en ningún momento.

Tampoco hay que irse fuera de España para encontrar soluciones a los problemas de la geotermia. Ingeka, empresa vasca del sector, opera con un sistema de instalación completo que incluye suelos radiantes y radiadores convencionales. También para la refrigeración en verano con suelos de frío pasivo. Como explican desde Geoplat, organización que incentivas el uso de energía geotérmica en España, el potencial es muy grande peor tiene que ir acompañado por un desarrollo tecnológico.