Si hablamos de móviles Samsung, los Galaxy S son los principales protagonistas. Pero la compañía surcoreana también tiene otras familias muy interesantes. Una de ellas es la Galaxy A, destinada a la gama media y que recientemente se ha actualizado con dos modelos: el Galaxy A35, disponible por 379 euros, y el Galaxy A55, que llega por unos 479 euros. Ambos tienen como objetivo competir contra la gama media / alta de marcas como Xiaomi, y lo hacen heredando algunas de las características de sus hermanos mayores: los Galaxy S24.
Aunque los Galaxy A35 y A55 son muy similares entre sí, lo cierto es que el modelo que más se parece a los buques insignia de Samsung por prestaciones, es el Galaxy A55. Es el que en Hipertextual hemos probado en profundidad para comprobar si realmente merece la pena pagar lo que cuesta.
Porque, sobre el papel, sus prestaciones convencen; el Galaxy A55 llega con una pantalla AMOLED de 6,6 pulgadas con un brillo de 1.000 nits, un nuevo procesador Exynos, una triple cámara principal de 50 megapixeles, una batería de 5.000 mAh y un diseño continuista respecto al resto de smartphones de la marca, pero un tanto diferente a lo que estamos acostumbrados.
Pero, ¿es esto suficiente para competir con una reñida gama media? O, incluso, ¿para competir contra la gama alta de marcas emergentes como Nothing?
Lo mejor del Galaxy A55 es su diseño
El Samsung Galaxy A55, reiteramos, ha heredado algunas prestaciones de sus hermanos mayores, los Galaxy S24, y el diseño, en cierto modo, es una de ellas.
El nuevo gama media de Samsung deja de lado el policarbonato de la anterior generación para apostar por una trasera de cristal completamente plana en la que los módulos de cámara sobresalen ligeramente de manera independiente. El terminal, además, está disponible en diferentes acabados, como en este rosa que refleja una especie de arcoíris cuando la luz incide en él, un azul con un efecto similar, un amarillo o el clásico color negro.
La trasera, además, se combina con unos marcos de aluminio de la misma tonalidad, aunque en este caso con un efecto cepillado que, por un lado, le aporta un toque brillante —lo que hace que el móvil luzca más atractivo— y, por otro, evita que las huellas se queden marcadas con facilidad.
Además, Samsung ha creado un efecto interesante haciendo que el área del marco donde se encuentra la botonera de volumen y encendido esté ligeramente elevada; esto no molesta en absoluto al agarre. Es más, hace que sea mucho más fácil encontrar los botones, puesto a que esta área no tiene el acabado cepillado.
Todo ello, incluyendo el frontal completamente plano sin apenas marcos, hace que el Galaxy A55 sea un móvil bonito, elegante y con una sensación premium. De hecho, es prácticamente como si sostuvieses un Galaxy S24; aunque algo más gordo (el Galaxy A55 tiene un grosor de 8,2 mm) y algo más pesado (pesa 213 gramos).
También su pantalla y autonomía
La pantalla es otra de las bondades de este Galaxy A55, pese a que, a priori, cuenta con especificaciones similares a las de cualquier otro móvil de gama media. En este caso, nos encontramos con un panel Super AMOLED de 6,6 pulgadas con una resolución Full HD+ (2340 x 1080 píxeles) así como con una tasa de refresco de 120 Hz.
Es, en líneas generales, una pantalla increíble, de las mejores que he probado en este rango de precios. Tanto el contraste como la tonalidad de los colores es excelente, el brillo es más que suficiente incluso en exteriores y la frecuencia de la actualización de pantalla adaptativa hace que la experiencia de visualización y de uso sea mucho más satisfactoria.
Esta pantalla se alimenta de una batería de 5.000 mAh que también hace un muy buen trabajo y permite alcanzar el día y medio con un uso medio sin pasar por el cargador. Cargador que, por cierto, no viene incluido en la caja. En cualquier caso, el Galaxy A55 admite una carga rápida de 25W, una potencia aceptable para darle un empujón, pero muy por debajo de la potencia de otros móviles que, incluso, cuestan menos que este Samsung.
Potencia suficiente con un pero
El Samsung Galaxy A55 cuenta con un procesador Exynos 1480. Se trata de un SoC propio de Samsung destinado a la gama media y que, en este caso, está acompañado con unos generosos 8 GB de memoria RAM. Esto permite al terminal abrir y utilizar cualquier aplicación sin ningún problema, así como ejecutar juegos incluso con gráficos exigentes, sin presencia de lag u otro tipo de latencia.
Todo ello, además, sin que el dispositivo sufra calentamiento excesivo, algo que se agradece. Por cierto, el hecho de que los marcos sean completamente planos y tengan ese acabado cepillado, y que las esquinas sean ligeramente redondeadas, hacen que el agarre del móvil cuando está colocado en posición horizontal sea mucho más cómodo, lo que eleva considerablemente la experiencia a la hora de jugar.
Ahora bien: aunque el Galaxy A55 ofrece un buen rendimiento, su procesador está ligeramente por debajo en potencia respecto a otros SoCs similares. En las pruebas realizadas a través de Geekbench, el terminal ha obtenido una puntuación de 1155 en un solo núcleo y de 3429 en varios núcleos. Esto está por debajo de procesadores como el Dimensity 800 Ultra del Xiaomi 13T (disponible por unos 500 euros), que obtiene una puntuación de 83841 en la prueba multinúcleo de Geekbench.
Así son las cámaras del Samsung Galaxy A55
El Samsung Galaxy A55 hereda tanto la configuración como los sensores del Galaxy A54. Nos encontramos, por tanto, con un sensor primario de 50 megapíxeles, un cámara ultra gran angular de 12 megapíxeles y una macro de 5 megapíxeles de resolución.
Es una cámara buena, tiene una estabilidad excelente y permite capturar fotografías con un buen detalle y una interpretación de las sombras correcta. Samsung, además, parece haber mejorado uno de los puntos negativos de anteriores generaciones: la saturación en los colores. Los de la cámara del Galaxy A55 son más realistas, aunque en algunas ocasiones peca de sobreexposición, lo que hace que tengamos que repetir la toma.
La cámara ultra gran angular también se comporta muy bien, aunque la pérdida de detalle en aquellas escenas donde debe capturar mucha información —como, por ejemplo, un jardín con árboles— es bastante notable. Aun así, y si hay buenas condiciones lumínicas, se pueden conseguir buenos resultados.
El Galaxy A55 también cuenta con una lente macro que, si bien hace un buen trabajo a la hora de capturar imágenes a corta distancia, es muy poco útil. De hecho, es muy probable que se te olvide la posibilidad de tomar fotografías con este sensor. Hubiese sido una buena idea reemplazar esta cámara por un teleobjetivo. Esto permitiría a Samsung tener una cámara mucho más versátil en su smartphone de gama media, y serviría como baza para competir contra aquellos móviles de Xiaomi que no tienen este elemento.
¿Merece la pena el Samsung Galaxy A55?
El Samsung Galaxy A55 es un móvil prácticamente redondo. Tiene un diseño atractivo, con muy buenos materiales, una gama de colores para todos los gustos. Su pantalla es excelente; de las mejores que he probado en un móvil por este rango de precio, y tanto la frecuencia de actualización de 120 Hz como las funciones de software que permiten ajustar la tonalidad de los colores, hacen que la experiencia de uso sea mucho mayor.
Todo esto se combina con una muy buena batería, una capa de personalización madura y con servicios y plataformas muy útiles, como Samsung Pay, y una cámara que, si bien no es de las mejores en este segmento, cumple perfectamente en la mayoría de condiciones.
Ahora bien, el Galaxy A55 tiene el mismo problema de siempre: su precio. El smartphone de Samsung tiene un precio de 480 euros en su versión de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento interno, y de 530 euros en el caso de la variante de 256 GB. En este último caso, el precio es similar al del Nothing Phone (2) de 256 GB (disponible por 550 euros), que en mi opinión es una mejor opción, pues tiene un procesador más potente, un diseño mucho más llamativo y también cumple en apartados como el fotográfico o la autonomía. Por unos 500 euros también podemos conseguir móviles como el Xiaomi 13T, que tiene un procesador algo más potente, una cámara teleobjetivo y una carga más potente.
Ojo: esto no quiere decir que el Galaxy A55 sea una mala opción. De hecho, es una alternativa ideal si buscas un móvil con buen diseño, buena pantalla y que no peque en el resto de apartados. Lo más recomendable, eso sí, es esperar a que su precio baje ligeramente o intentar obtenerlo con algún descuento mediante operadoras.