Las instancias previas a una intervención quirúrgica generan ansiedad y temor en muchas personas. Esos sentimientos habitualmente se maximizan en las unidades pediátricas de los hospitales. El doctor Santiago de Matos Lima propone interesante forma de ayudar a los niños, a través de un título para móviles que explora la intersección entre la salud y los videojuegos.
Junto al equipo de informática del Hospital Italiano de Buenos Aires, el especialista argentino creó Operation Quest, un videojuego que ya inició su despliegue, diseñado para acompañar a los niños y a sus familias antes de una cirugía. Además de médico patólogo, de Matos Lima es amante de las entregas gamer y desarrollador. Al respecto, reconoce su adoración por sagas como The Legend of Zelda y Tomb Raider.
A diferencia de aquellos títulos, en Operation Quest: Una aventura en el hospital no hay enfrentamientos con espadas o puñetazos. En cambio, la entrega propone una convergencia poco explorada entre la salud y los videojuegos, una combinación singular de medicina y tecnología. Para conocer al proyecto más de cerca, Hipertextual conversó con de Matos Lima acerca de las características del juego, los objetivos planteados, detalles del desarrollo, además de los beneficios que ofrece tanto a los pequeños como a sus familias.
Santiago de Matos Lima cuenta detalles de Operation Quest, el juego que combina salud y videojuegos
Los responsables de esta iniciativa aseguran que se trata de algo más que un videojuego. Al respecto, explican que es una “herramienta que brinda apoyo emocional a niños y familias en momentos difíciles”. La entrega tiene versiones para móviles con iOS y Android, y está disponible en español, inglés y portugués. “Este es un ejemplo destacado de cómo los videojuegos pueden ser utilizados de manera innovadora para apoyar la salud mental infantil. No solo entretiene. También ofrece herramientas para enfrentar los miedos y construir resiliencia”, dice de Matos Lima, que tiene 42 años.
Es interesante la mixtura entre la salud y los videojuegos. ¿En qué momento comenzó tu interés por las entregas gamer y cuándo comenzaste a desarrollar?
A los 12 años tuve mi primera PC, que vino con una copia de Space Quest IV y un Monkey Island. De ahí en adelante, me apasionó todo lo relacionado a ese mundo y tiempo después me generó mucho interés saber cómo se hacían. El año en el que empecé a estudiar medicina hice mi primer juego. Era una aventura gráfica en primera persona que se llamaba La deuda de Sofía. Era corto y de misterio, del tipo point and clic, hecho con el motor Wintermute, que es específico para hacer aventuras gráficas. Se distribuyó gratis por Internet, pero también se incluyó en el CD de una revista de Estados Unidos.
Avancé en la carrera de medicina, pero nunca perdí las ganas de hacer algo con esto. En las noches, estudié cursos de 3D Studio Max, After Effects y guion de cine para tener mejores herramientas. Con el correr de los años, hice muchos cursos y tutoriales.
Antes de avanzar hacia Operation: Quest, apelamos a tus credenciales de jugador. ¿Nos cuentas cuáles son tus títulos favoritos?
Bueno, desde pequeño los videojuegos fueron una parte fundamental de mi vida. Me apasiona perderme en mundos virtuales y disfrutar de historias que despierten mi imaginación. Algunos de mis juegos favoritos son clásicos como Monkey Island, Gabriel Knight o Space Quest, que me transportan a aventuras llenas de humor y misterio. También me encantan las sagas The Legend of Zelda y Tomb Raider, con sus mundos para explorar. Otros grandes juegos que me marcaron son Mass Effect y Final Fantasy.
El juego que has creado seduce al vincular los ámbitos de la salud y los videojuegos. ¿Cómo surgió la idea de unir ambos mundos?
En el 2020, la llegada del Covid-19 impidió que hiciéramos un evento anual de forma presencial, las jornadas de informática en salud del Hospital Italiano. Entonces, se me ocurrió hacer un recorrido virtual con Unreal Engine. Lo repetí en 2021. En ese momento, quise aprovechar todo ese aprendizaje en algo que sea útil para los pacientes. Ahí surgió la idea de Operation Quest.
Un detalle acaso pequeño, pero que nos genera curiosidad. ¿Por qué decidieron que el nombre del juego incluya términos en idioma inglés?
Originalmente, se titulaba Mi Operación, reflejando su enfoque en la experiencia del jugador. Sin embargo, al acercarse el lanzamiento, noté que el nombre podría ser demasiado genérico y dificultar su visibilidad en las búsquedas. Además, al tener versiones en inglés y portugués, el nombre variaba según el idioma, lo que generaba confusión.
Con el objetivo de unificar el título y mejorar su posición en las búsquedas, optamos por utilizar términos en inglés. También la mayoría de los juegos tienen su título en ese idioma. El término "operation" se mantuvo fiel a la esencia de "operación" y agregó un toque internacional al juego. Por otro lado, "quest" fue una elección deliberada en honor a los juegos clásicos que marcaron mi infancia, como Space Quest, Eco Quest y King's Quest. Además, la mecánica de juego se basa en el estilo point and clic, lo que hace que el cambio de nombre tenga más sentido.
¿Cuál es el principal propósito de este juego que mixtura la salud y los videojuegos?
El objetivo fundamental de Operation Quest es abordar y reducir la ansiedad que experimentan los niños que se enfrentan a procedimientos quirúrgicos. A través de una experiencia interactiva y educativa, ofrece información detallada sobre los procesos hospitalarios y quirúrgicos de manera accesible y amigable. En la práctica, es útil tanto para los niños como para sus padres, porque les permite familiarizarse con el entorno hospitalario y comprender mejor lo que va a pasar durante la cirugía
También fomenta un enfoque positivo con información y control sobre su experiencia médica. Al ofrecer una experiencia lúdica y educativa, se crea un ambiente más relajado y receptivo en el que los niños pueden abordar sus preocupaciones y preguntas de manera más abierta y confiada.
¿Cómo se abordó, hasta ahora, la problemática de la ansiedad en los pacientes más pequeños?
Tanto los niños como los adultos suelen experimentar ansiedad en situaciones como esta. Es comprensible por lo delicado de los procedimientos médicos. En el caso de los pacientes pediátricos, la ansiedad puede manifestarse de diferentes formas, como nerviosismo, irritabilidad o problemas para conciliar el sueño, etcétera.
Para abordar esta cuestión, es habitual contar con el apoyo de equipos de psicólogos especializados en psicoprofilaxis quirúrgica. Ellos trabajan con los pacientes y sus familias para ayudarles a abordar sus temores y preocupaciones antes de la cirugía. En ese marco, Operation Quest se concibe como una herramienta complementaria a este enfoque, diseñada para proporcionar información y apoyo adicional de una manera interactiva y atractiva. No pretende reemplazar la intervención profesional de los psicólogos.
¿Por qué una simulación permite un abordaje de la ansiedad, en este tipo de situaciones? ¿Hay más para explorar en el cruce entre la salud y los videojuegos?
La simulación que ofrece el juego proporciona un abordaje diferente. En Operation Quest, ellos tienen la libertad de elegir qué responder, adónde ir y cuándo hacerlo. Esto les brinda un sentido de empoderamiento al permitirles ser los protagonistas de su propia historia y tomar decisiones, como ocurre en los juegos de aventura gráfica clásicos.
Al tener el control sobre su experiencia, pueden explorar el entorno del hospital, interactuar con diferentes personajes y enfrentarse a situaciones similares a las que experimentarán en la vida real. Esto de una manera segura y controlada. Este sentido de control y autonomía les puede brindar confianza.
¿Qué tan relevante ha sido el trabajo multidisciplinario, para crear este juego?
El trabajo multidisciplinario fue clave para el desarrollo. La colaboración del Equipo de Psicoprofilaxis Quirúrgica, liderado por Andrea Galilea y Lucía Zerbetto, pediatra encargada de la investigación asociada al juego, fue fundamental. Mi experiencia en informática, medicina y desarrollo de juegos se complementó perfectamente con la experiencia del resto de los profesionales involucrados, llevándolo a otro nivel.
¿Realizaron pruebas previas, con niños?
Iniciamos el proceso con la creación de un prototipo, perfeccionándolo en sesiones periódicas. Todo ello con el equipo de psicoprofilaxis quirúrgica, incorporando elementos y herramientas que enriquecieron la experiencia. Luego, pasamos a la fase de pruebas, primero con niños sanos y luego con aquellos próximos a ser sometidos a cirugía. Esto fue crucual para ajustar los detalles de la experiencia y garantizar su efectividad.
Actualmente, nos encontramos en la etapa de evaluación, comparando la experiencia de los pacientes que utilizaron el juego antes de la cirugía con aquellos que no lo hicieron. Este proceso se realiza con la misma rigurosidad científica con la que se evalúan fármacos o vacunas, siguiendo un protocolo de investigación aprobado por un comité de ética.
Es evidente que trabajar con salud y videojuegos no es igual a crear una entrega común y corriente. ¿Cuáles fueron los principales obstáculos con los que te topaste durante el desarrollo?
Uno de los desafíos principales que enfrentamos fue llevar a cabo un proyecto de esta magnitud sin contar con ningún presupuesto. Todo el trabajo —desde el desarrollo y el arte, hasta las animaciones, licencias de software, traducciones y el tiempo dedicado por los profesionales involucrados— se realizó de forma voluntaria o a través de donaciones. Los personajes fueron diseñados de forma gratuita por la empresa española Mameshiba Games. Todo esto se logró en menos de un año, y en tres idiomas diferentes, lo que representó un gran logro para nuestro equipo.
¿Nos cuentas algunos detalles del desarrollo de Operation Quest? ¿Con qué tecnología se creó?
Con Unity, que es una gran herramienta para desarrolladores independientes. Ya había trabajado antes con Unreal Engine. Pero para este proyecto en particular necesitábamos builds que ocupen menos espacio y tuviesen menores requerimientos de hardware. También la posibilidad de utilizar assets de la tienda de Unity facilitó el trabajo, al no contar con un diseñador 3D y 2D dedicado para este proyecto.
Por otra parte, ¿hay versión para computadoras o web? ¿O es únicamente un juego móvil?
Si bien contamos con una versión web y de escritorio para Mac y PC, no las liberamos al público porque queremos que el usuario tenga un acercamiento táctil. Quizás en el futuro.
“Este videojuego es una forma de humanizar la medicina”
Según cuenta de Matos Lima en diálogo con Hipertextual, tienen entre manos algunas ideas para que Operation Quest: Una aventura en el hospital, llegue desde Buenos Aires al mundo. Una de las movidas es la presentación la entrega en el concurso Games for Change Awards 2024, que premia a juegos con fines sociales y de carácter innovador. “También lo llevaremos a congresos, para conseguir notoriedad. Además, publicaremos un trabajo científico para evaluar su efectividad”, dice.
Mientras tanto, el propósito de esta iniciativa que involucra salud y videojuegos debe llegar a manos de los pacientes. De acuerdo al líder del proyecto, con ese objetivo profundizan el diálogo con pediatras, para que lo recomienden también fuera del hospital del que surge el juego. “Todavía es pronto, pero estamos evaluando poner códigos QR en la sala de espera”, nos cuenta.
Conforme Operation Quest gana visibilidad, de Matos Lima confía en el alcance de su idea. “Sin duda, creo que este proyecto es una forma de humanizar la medicina. Especialmente en un momento tan particular, como cuando hay que enfrentar una operación. Al proporcionar información y entretenimiento de manera accesible y comprensible, también ayudamos a mejorar la calidad de vida de los pacientes pediátricos. Espero que podamos avanzar en más iniciativas de este tipo en el futuro”, cierra.
Según explicaron en un comunicado los responsables del juego, el público principal de Operation Quest son niños de 6 a 12 años que se someterán a procedimientos quirúrgicos, con anestesia general. Cabe mencionar que la iniciativa no es propuesta para pacientes con diagnóstico de Trastorno Generalizado del Desarrollo, Trastorno del Espectro Autista, trastornos del lenguaje y/o deterioro cognitivo. Tampoco para niños con patologías crónicas complejas o cáncer.