Este fin de semana se ha estrenado la cuarta entrega de la saga Toy Story, una continuación que nadie esperaba, pero que todos hemos agradecido. La película ha sido catalogada por muchos como un “epílogo” del verdadero final, que vimos en Toy Story 3. Sin embargo, los últimos minutos de esta entrega podrían dar juego para mucho más. ¿Se trata de una despedida o de un nuevo comienzo? *Analizamos el final de Toy Story 4 con spoilers.

‘Toy Story 4’: una continuación a la altura de la saga

Toy Story 4* retoma la historia de nuestros juguetes favoritos donde lo dejó la última película. Andy se ha marchado a la universidad y ahora Buzz, Woody y los demás están al cargo de Bonnie. Sin embargo, no todos sobrellevan la situación con la misma soltura. Woody echa de menos a Andy y se siente desplazado por Bonnie, que prefiere jugar con Jessie y los demás. Además, la niña ha creado su propio juguete en la guardería: Forky, un simpático tenedor de plástico, que se convierte en su favorito.

Verse fuera de su habitual puesto protagónico es un duro mazazo para el vaquero, que aún así no pierde las ganas de querer ayudar a la niña en lo que pueda. Lo demuestra durante toda la película, en la que tiene que perseguir a Forky para evitar que acabe en la basura y acepte su nueva identidad como juguete. Sin embargo, también es fácil observar que Woody no está satisfecho con su vida, aunque intente mantener el ánimo arriba de cara a sus amigos.

Disney Pixar

El viaje de Woody

Después de vivir una gran aventura para rescatar a Forky, Woody siente que su corazón está dividido entre su familia de siempre y Bo Peep. Las primeras escenas de la película nos muestran la marcha de la pastora, ocurrida fuera de cámara entre la segunda y la tercera película. En aquella ocasión, ella ya le propuso marcharse juntos, pero Woody sentía un vínculo demasiado fuerte con Andy como para abandonarlo.

En el final de la cinta debe enfrentarse a la misma decisión, pero esta vez Buzz le dice: “ella estará bien”. En ese momento, Woody se da cuenta de que no se refiere a Bo Peep, sino a Bonnie. Lo que su compañero quiere decirle es que puede irse con la conciencia tranquila y que sabrán cuidar de la niña. Por primera vez, Woody no siente la responsabilidad de cuidar de su dueña, una motivación que había conducido las películas de Toy Story hasta ahora. Por primera vez, Woody toma la decisión egoísta y se marcha con Bo Peep.

Este giro no es más que la evolución natural del personaje, que pasa la tercera película intentando superar que Andy se haya hecho mayor y nos demuestra durante la cuarta que aún no lo ha conseguido. Nadie podrá reemplazar a Andy en su corazón, pero Bo Peep y los juguetes perdidos le abren un nuevo camino: la esperanza de encontrar la felicidad de una forma que nunca se planteó.

Por si la despedida no había sido lo suficientemente conmovedora, Buzz susurra mientras se alejan el comienzo de su famoso lema: “hasta el infinito” y Woody lo completa desde la distancia: “...y más allá”. Llegados a este punto, todo el cine ha utilizado ya un par de paquetes de pañuelos y está replanteándose su propia existencia. Una pregunta se queda en el aire: ¿y ahora qué?

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Hasta el infinito y más allá

**Con esta película queda demostrado que al universo de Toy Story aún le queda mucha energía. No solo han conseguido remontar una saga que estaba perfectamente cerrada, sino que el resultado es excelente, está a la altura del resto de películas y nos ha emocionado tanto como la anterior. Además, deja la puerta abierta a las posibilidades: ¿Qué pasa ahora con Buzz y los demás? ¿Qué nuevas aventuras vivirán Woody, Bo Peep y los juguetes perdidos? ¿Ha recuperado Duke Caboom la confianza en sí mismo? ¿Quién es el nuevo juguete que ha creado Bonnie en clase?

Toy Story 4 no parece el final de una franquicia, sino el comienzo de una nueva trilogía en la que todo es posible**. Ya no hay barreras para estos juguetes.