La flota de aviones del juicio final de Estados Unidos se encamina a una histórica renovación. Los norteamericanos avanzan firmes en su plan para dar de baja a los icónicos Boeing E-4B, que se encuentran en servicio desde hace 50 años.
Si bien el Boeing E-4B, creado basándose en el 747-200, no es el único avión del juicio final a las órdenes de EE. UU., sí es el más notorio. Después de todo, es el que se debe encargar de proteger al presidente y/o sus sucesores en caso de que se desate una guerra nuclear.
Pero pese a las actualizaciones y mejoras que se le han aplicado a los cuatro Boeing E-4B preparados para afrontar tamaño escenario apocalíptico, es un hecho que su retiro está cada vez más cerca. Es por ello que en 2020 la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó un pedido a la industria aeronáutica para que presenten proyectos para crear nuevos aviones del juicio final, con el objetivo de que entren en servicio en los primeros años de la década de 2030.
A comienzos de 2022, la USAF emitió una serie de recomendaciones que los fabricantes debían tener en cuenta. No obstante, no había mencionado plazos específicos para el desarrollo de los reemplazantes de los Boeing E-4B asignados al 595° Grupo de Mando y Control que opera en la Base de la Fuerza Aérea Offutt, en Nebraska.
Sin embargo, este año el proyecto para crear un "centro de operaciones de supervivencia aerotransportado", el nombre formal de los aviones de juicio final, ha recibido un importante empuje económico. En su presupuesto para el año fiscal 2024, la Fuerza Aérea de Estados Unidos solicitó 889 millones de dólares para destinar a esta iniciativa. Un salto brutal en comparación con los 98 millones de dólares invertidos en dicha labor durante el período fiscal previo.
Estados Unidos trabaja para renovar su flota de aviones del juicio final
Un dato curioso del proceso de renovación de la flota de aviones del juicio final de EE. UU. es que Boeing no será tenida en cuenta. Un dato muy llamativo, considerando que la firma de Seattle históricamente ha estado a cargo de desarrollar las distintas versiones de estas aeronaves.
El primer avión del juicio final que estuvo a las órdenes del gobierno y la milicia norteamericana fue un Boeing KC-135 Stratotanker modificado. En tanto que la Armada cuenta con su propia aeronave de este estilo, el Boeing E-6B; aunque ya trabaja para reemplazarla con un desarrollo encabezado por Lockheed Martin.
Según reportó Reuters a fines de 2023, la USAF dejó a Boeing fuera de competencia para reemplazar a los E-4B porque se negó a firmar un contrato de precios fijos. Esto, debido a que la corporación ya registraba miles de millones de dólares en pérdidas en distintos proyectos gubernamentales en los que había tenido que asumir los gastos que sobrepasaban los límites establecidos en los acuerdos.
Sierra Nevada Corp es la única firma que se mantiene en carrera para desarrollar los próximos aviones del juicio final de la Fuerza Aérea. No obstante, eso no asegura que sea el fabricante elegido para desarrollar y producir las aeronaves que tomarán la posta de los Boeing E-4B. La intención de la USAF sería otorgar el nuevo contrato este mismo año. Habrá que ver si esto finalmente se concreta.
Fortalezas aéreas muy costosas
Los aviones del juicio final entraron en escena en el punto más caliente de la Guerra Fría. En el caso de los Boeing E-4B, sus características definitivas se guardan bajo absoluto secreto por motivos obvios. No obstante, se sabe que todas sus ventanas, con excepción de las del cockpit, están selladas y bloqueadas. Cuenta con una protección térmica y nuclear especial y hasta es capaz de soportar a los efectos de un pulso electromagnético.
Se dice que las aeronaves en cuestión utilizan mayormente equipamiento de comunicación analógico, para evitar vulnerabilidades. Eso sí, las autoridades nunca confirmaron que fuera cierta. Poseen capacidad para 112 pasajeros y cuentan con una autonomía de vuelo de hasta 12 horas, aunque también pueden repostar combustible mientras permanecen en el aire. En teoría, serían capaces de volar por una semana completa de forma ininterrumpida. Sin embargo, la prueba más extensa que se realizó fue de 35 horas consecutivas durante un entrenamiento.
Pese a que no se discute su necesidad para proteger a los altos mandos estadounidenses en caso de un escenario de guerra nuclear, los aviones del juicio final no han estado exentos de polémicas. En 1998 se informó que el coste de cada Boeing E-4B de la Fuerza Aérea había superado los 220 millones de dólares; es decir, más de 414 millones de dólares de 2024 al ajustar por inflación. En tanto que en 2016 se reveló que el coste por hora de vuelo de este modelo era el más elevado de toda la flota militar estadounidense, rozando los 160.000 dólares (204.000 dólares ajustados a 2024).