Malas noticias para Boeing y sus planes de llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). El lanzamiento de prueba de la cápsula Starliner se ha aplazado hasta 2022 por problemas técnicos. SpaceX, por su parte, sigue imparable y consolida su relación con la NASA.

El segundo vuelo de prueba de Starliner estaba programado para el 3 de agosto. La cápsula debía superar una prueba crítica de lanzamiento sin tripulación y acople a la ISS. Sin embargo, en las pruebas previas se detectaron fallos en las válvulas del módulo de servicio, por lo que se aplazó el despegue.

Todo parecía indicar que, solucionado el problemas de las válvulas, la Starliner volaría este año. No obstante, Boeing junto a la NASA, United Launch Alliance y Eastern Range están evaluando posibles ventanas de lanzamiento para el año que viene a medida que avanza la investigación sobre los problemas suscitados.

Según el equipo de la compañía aeroespacial en la NASA, los problemas con las válvulas están relacionados a las interacciones entre oxidantes y humedad. En consecuencia, ya han empezado a trabajar para arreglar el problema. "La mayoría de los elementos del árbol de fallas han sido solucionados", aseguran.

La Starliner de Boeing no despega

Boeing Starliner
Crédito: Boeing

Pero el problema, de acuerdo a los propios expertos de la NASA, "es complejo". La agencia asegura que evaluará metódicamente los procedimientos para asegurarse que esté concluida la reparación antes del lanzamiento. En este sentido, las próximas semanas estarán marcadas por pruebas intensivas.

Desafortunadamente este no es el primer contratiempo de Boeing. La cápsula Starliner también falló en su primer vuelo de prueba en 2019. La idea original era que llegara a la ISS, pero por problemas técnicos terminó seis días antes de lo previsto y sin alcanzar la Estación Espacial.

Starliner es una de las cápsulas en las que la NASA confía para enviar astronautas a la ISS. Pero solo ha realizado un vuelo de prueba, fallido y sin tripulación. La otra es la Crew Dragon de SpaceX, que se ubica un paso adelante y ya se encuentra operativa y certificada para cumplir este tipo de misiones.

A este complejo panorama se suma la reciente decisión de la NASA de resignar los astronautas que volarían en la primera misión tripulada de Starlink cuando estuviera lista. Nicole Mann y Josh Cassada volarán ahora en la quinta misión tripulada a la ISS de SpaceX a bordo de una Crew Dragon.