Las baterías de los teléfonos —de todos, incluido el tuyo— pueden explotar. Este es un hecho que se comprueba de tanto en cuando en todo tipo de modelos y marcas, alcanzando su máximo exponente el pasado año con el lanzamiento del Galaxy Note 7, que Samsung tuvo queo retirar del mercado debido a problemas relacionados con su batería que lo hacían entrar en combustión de manera espontánea.

Todo ello es debido a que las baterías actuales de iones de litio cuentan con unos compuestos que las convierten en altamente inflamables en caso de darse una mala reacción, lo cual tiene consecuencias desastrosas en los terminales móviles. La solución parece clara: crear unas baterías que puedan ser usadas de igual manera pero sin el riesgo implícito de las actuales. El problema es que, lamentablemente, no es tan sencillo de conseguir.

Un grupo de investigadores estadounidenses, no obstante, va camino de conseguirlo gracias a una nueva tecnología que han desarrollado y que, en pocas palabras, hace uso del agua en lugar de químicos orgánicos para provocar la reacción energética necesaria. El punto clave aquí está en que la cantidad de potencia que se obtiene en ambos casos es prácticamente idéntica, no sufriendo así un perjuicio en estos términos y beneficiándose de una mayor seguridad ante malos funcionamientos.

Aún así, todavía hay puntos por pulir. El principal es el referido a los ciclos de carga que soportan estas baterías, que según los investigadores tienen una capacidad de 70 recargas. A todas luces, es una cantidad insuficiente frente al mínimo de 500 ciclos que rondan actualmente las baterías en uso, por lo que habrá que hacer una gran mejora en este aspecto antes de pensar en producir estos elementos a gran escala.

A pesar de esto, son noticias muy buenas para una sociedad cada vez más dependiente del smartphone para —casi— todo, donde el número de unidades aumenta constantemente. Los fabricantes podrían evitarse así las costosísimas y vergonzosas situaciones provocadas por una defectuosa producción a escala y los usuarios, naturalmente, verían incrementados los niveles de seguridad en el día a día con sus dispositivos.