Loki, el inigualable Dios del Engaño de Tom Hiddleston, está de vuelta. El personaje llega para rescatar a Marvel Studios de un año complicado. Han pasado 27 meses, más de 2 años, desde que se emitiese el último capítulo de la primera temporada. Aquella historia cerró con un final sorprendente que anticipaba lo que estaba por venir no solo en la serie sino en el Universo Cinematográfico de Marvel en general. Ahora, las respuestas al fin han llegado.

La segunda temporada comienza conectando directamente con el desenlace de la primera. Es decir, Sylvie acaba de matar a El Que Permanece, esa variante de Kang que dominaba toda la Sagrada Línea Temporal. Sin él, el tiempo se ha desestabilizado y se han creado cientos de miles de ramificaciones, generando infinidad de realidades alternativas. Por su parte, Loki fue empujado por su versión femenina a través de un portal, regresando a la AVT. Solo que no es la que él conoce. Estatuas de Kang decoran el lugar, y Mobius ni siquiera sabe quién es.

Con esas últimas escenas quedaba claro que toda la paradoja temporal que se había presentado en la temporada 1 de Loki solo iba a ir a más. Era la principal promesa de la nueva entrega, cuyos 4 primeros episodios ya hemos podido ver. Además, estos tenían que venir marcados también por la nueva variante de Kang, Victor Timely, y por el fichaje de Ke Huy Quan. El vietnamita, que saltó a la fama de niño en Indiana Jones y el templo maldito y en Los Goonies, acaba de ganar el Oscar a Mejor Actor de Reparto por Todo a la vez en todas partes. Su presencia en la serie es uno de los ingredientes que más llamaban la atención.

Loki, temporada 2

Loki, la aclamada serie de Tom Hiddleston es una de las propuestas más apreciadas de los fans de Marvel desde Avengers: Endgame. La segunda temporada crece en ambición y brilla con sus personajes y las relaciones entre ellos, aunque también se pierde con una trama demasiado compleja y caótica. Ke Huy Quan destaca como fichaje estrella

Puntuación: 3.5 de 5.

Loki va de menos a más

Marvel es consciente de que ha pasado mucho tiempo desde que se emitiese el sexto episodio de la temporada 1, con el que la primera entrega llegaba a su fin. Por eso, lo primero que hace nada más arrancar es recordar la situación en la que nos encontramos. Para ello, hacen un imaginativo uso de un problema que sufre su protagonista, el deslizamiento temporal. Con esta subtrama, la serie se permite refrescar la memoria sobre qué es la AVT, cómo funciona y qué ha pasado con la muerte de El Que Permanece.

Se trata de un arranque original, aunque no es brillante. Las reiteraciones son constantes para que el mundo construido por la serie vuelva a quedar tan asentado como lo estuvo antaño. Y esa lentitud para ponerse en marcha juega en contra del capítulo. Sin embargo, poco a poco Loki va ganando fuerza. El tiempo pasado dentro de la AVT es interesante pero llega a saturar. Los larguísimos diálogos pueden hacer perder el interés. Para tratar de evitarlo se toman dos decisiones fundamentales.

Loki

La primera es la estructura episódica. Muchas de las series de Marvel han pecado de ser "películas largas y cortadas en partes". No había una estructura tan televisiva, sino que se narraba una gran historia de principio a fin. Una estratagema muy habitual en la industria a nivel general, pero que salvo que la trama sea espectacular, funciona peor. Por eso series como Bruja Escarlata y Visión son tan buenas. Existe una historia principal, pero se va desarrollando en episodios que tienen su principio, nudo y desenlace propios. Y esa es la virtud con la que juega Loki. Toda la trama del caos temporal se recubre de pequeñas subtramas que se resuelven en cada episodio. Parece algo básico, pero no está de más recordar que así es como hay que trabajar en la televisión.

La segunda cuestión estructural que ayuda a que Loki sea sólida es que, entre aventura y aventura en la AVT, los personajes también salen fuera, como en la primera temporada. Y esas misiones en exteriores otorgan una ligereza enorme a la serie. Al ponerles a todos en acción, la serie regresa a la fórmula Marvel tan pulida con los años y se ve sola. Suficiente para regresar después a su propia idiosincrasia con más ganas. Además, hay que señalar que los efectos especiales están muy bien conseguidos y el diseño de producción es sensacional.

Loki

Los personajes son lo más importante

Sin duda, el punto más fuerte de Loki es la gran dinámica que establece entre sus personajes. Las incontables escenas por las salas de la AVT y todas las misiones ponen de manifiesto que el foco está en continuar construyendo la relación entre Mobius y el propio Loki, principalmente. Ver cómo son capaces de compenetrarse, de entenderse y de trabajar juntos es la gran baza de la propuesta. Principalmente, porque tanto Tom Hiddleston como Owen Wilson derrochan carisma y química por los cuatro costados. El bromance continúa y funciona aún mejor que en la primera temporada, si es que eso era posible.

Por otro lado, hay que señalar que Loki, como tal, está bastante más contenido que antaño. Este giro gradual de villano a héroe ha hecho que el personaje sea mucho menos excéntrico. Ahora es todo un gentelman, educado, serio y elegante. Es un matiz muy interesante y lógico para alguien que ha vivido tantas desgracias, aunque se echa de menos la sádica locura que le hizo tan popular desde los primeros años del UCM. Por fortuna, algunas escenas le permiten desatarse para deleite de los fans y de un Hiddleston que se nota que se lo pasa en grande en esos momentos.

Otros personajes muy importantes son la Sylvie de Sophia Di Martino y, sobe todo, el Victor Timely de Jonathan Majors. La primera se convirtió en uno de los favoritos de los fans de Marvel con su sed de venganza y su sangre fría que, en el fondo, escondían un corazón enorme. La segunda temporada de Loki es muy continuista con ella, por lo que a buen seguro convencerá a los seguidores de la serie. La pega es que su presencia ha sido reducida en favor de otros como Mobius, OB o Timely.

Con Majors el escenario es diferente. La sobrada ironía y la imponente presencia de El Que Permanece dan paso a una variante que está en las antípodas de aquel. Victor Timely es un científico tartamudo y cobarde. Para tratar de transmitir esa sensación, Majors ofrece una interpretación absolutamente estrafalaria, exagerada y enajenada. El volantazo con él es interesante y además está entregadísimo, aunque en ocasiones está fuera del tono de la serie.

Pero si hay alguien que se hace por completo con el dominio de la serie en cada escena en la que aparece, ese es Ke Huy Quan. El oscarizado intérprete da vida a OB, un ingeniero de la AVT capaz de prácticamente cualquier arreglo o invención. Su carácter inocente y práctico es desternillante. Marvel había apostado muy fuerte por este fichaje en la segunda temporada de Loki. Y el resultado no podía ser mejor, opacando incluso el buen hacer del resto del reparto. Cada vez que hace acto de presencia, la serie crece una barbaridad. Hasta en los momentos más aburridos o difíciles de seguir, OB es capaz de reenganchar a cualquiera.

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Loki

Caos temporal y ritmo frenético

Donde Loki no está tan acertada como en la primera temporada, es en la narrativa. Esta vez, en lugar de centrarse en explicar las realidades paralelas y los saltos en el tiempo, los guionistas han querido ser ambiciosos e ir un paso más allá. Tanto que se les ha ido de las manos. Toda la problemática sci-fi es caótica, desordenada y muy difícil de seguir. Cuando parece que un concepto se ha entendido, surge un nuevo problema que cambia por completo lo que estaba ocurriendo. Es como si se necesitara un curso previo sobre física teórica antes de darle al play. La sensación de estar sobrepasado es constante. Aunque probablemente con el estreno semanal esto quede mitigado, habría funcionado mejor algo más simple.

La serie tampoco brilla como en la entrega anterior en el tono. Esta segunda temporada es mucho más carente de humor. El drama se apodera de todo y los chistes o momentos divertidos, incluso de humor físico, quedan relegados a un segundo plano. No es nada excesivo, pero sí que parece que se ha optado por una densidad y solemnidad mucho más marcada. Las carcajadas llegan con cuentagotas. Una decisión lógica, que no por ello acertada, si se tienen en cuenta las numerosas críticas a Marvel por su abuso de la gracia fácil.

Por otro lado, el ritmo de Loki es demencialmente frenético. No hay tiempo para pausas, todo pasa a una velocidad de vértigo. A ratos eso juega en contra de sí misma, especialmente en lo referido a esa narrativa científica tan compleja y rimbombante. Pero por lo demás es muy agradecido. Si en otras series como Invasión Secreta el público se quejó de que no ocurría nada, aquí se ha abogado por lo contrario. Es imposible aburrirse y, con solo apartar la mirada un minuto, uno puede perderse y tener que dar al botón de retroceder. El resultado es entretenidísimo. A eso se le suma la épica creciente de la serie con el paso de los episodios. Los capítulos 5 y 6 apuntan a ser un antes y un después muy importante. La serie se estrena el 6 de octubre (la noche del 5 en Latinoamérica) en Disney+.