De entre todas las demás artes, el cine es la que tiene más poder para conmoverte, ya que resulta ser una combinación de todas ellas. Un director puede usar música, pintura, fotos, escenas de acción, o una combinación de todo eso para contar una historia, esto es un lujo único del que solo los cineastas disfrutan. Por eso es que cuando vamos a ver una película tenemos distintas expectativas que cuando vamos a leer un libro. Esperamos ser sorprendidos, horrorizados o conmovidos en el tiempo que nos tomaría leer los primeros capítulos de una novela. Las películas coreanas logran esto con facilidad.

La excelencia del cine coreano es producto de una cultura profundamente interesante y única. Es posible que una historia llena de violencia (guerras, colonización, dictaduras, etc.), sea la responsable por las temáticas macabras que son comunes en las películas coreanas. En combinación con prosperidad económica, Corea del Sur nos ofrece un catálogo de filmes tan emocionantes y oscuros que nos impactan emocionalmente y así logran albergarse por mucho tiempo en nuestra memoria.

Si una película perturbadora tiene más potencial de generar una reacción emocional en nosotros que una novela, pues un video gore tiene más potencial de generar esa reacción que una película perturbadora. Porque sentirte perturbado es producto de presenciar algo que parece demasiado horrible para ser real, pero, sin embargo, lo es. Mientras que un filme horroroso te puede perturbar de una manera no tan potente a corto plazo, si puede penetrar más profundo en tu psiquis. Un video gore, probablemente lo olvides al poco tiempo, porque quieres olvidarlo y te fuerzas a hacerlo. Pero una película perturbadora frecuentemente se adhiere a ti como un parásito, rehusándose a soltarte contra tu voluntad.

Las 5 películas coreanas más perturbadoras

5. Thirst

Esta película y la siguiente en esta lista fueron dirigidas por Park Chan Wook, el cineasta responsable por poner a Corea del Sur en el mapa. Logró hacerlo a través de un estilo muy expresivo, producto de haber pasado su infancia viendo filmes estadounidenses sin subtítulos por el canal de televisión de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en Corea. No entendía lo que decían los actores, viéndose obligado a concentrarse a las imágenes, llegando a comprender ese lenguaje visual por puro instinto. Por eso es que cada película que ha hecho es un extraordinario viaje construido con planos cinematográficos alucinantes.

Thirst trata sobre un sacerdote quien acepta ser voluntario en pruebas clínicas para curar una enfermedad de la sangre. Por error le hacen una transfusión con sangre de vampiro, lo que provoca una violenta transformación. Desde ese momento, la sed de pecado propia de un vampiro tortura a este sacerdote hasta la locura, alterando cada fibra de su ser.

Park Chan Wook quiere hacernos experimentar la tragedia de la corrupción moral. Vemos cómo, a pesar de las mejores intenciones del protagonista, sus deseos animalísticos lo llevan por un camino a través del cual terminará destruyendo a todas las personas que conocía. Nunca se ha visto una historia de vampiros tan oscura y visceral. En la que matar a alguien para succionar su sangre se convierte en un espectáculo divertido, y por eso macabro y perturbador de ver.

4. Oldboy

Oldboy fue la primera película coreana en convertirse en un fenómeno global. Sucedió porque retrata la tortura de manera tanto gráfica como espectacular. A diferencia de otros filmes que exploran la violencia extrema, en este caso nunca sientes el instinto de mirar a otro lado. Porque el director de alguna manera hace que el sufrimiento extremo parezca algo fascinante que no te puedes perder, necesitas entender lo que está pasando.

Comienza con un secuestro fuera de lo común. El protagonista es encerrado en un cuarto de hotel. No tiene idea quién lo trajo ahí ni por qué lo están manteniendo vivo en completa soledad. Su única compañía es un televisor por el que ve cómo todas las cosas importantes para él dejan de existir. Quince años más tarde es liberado. El sujeto responsable por destruir su vida lo desafía a que descubra su identidad.

Park Chan Wook sabe que entretener es esencial para su trabajo, por eso construye una historia que nunca deja de moverse, se siente como si estuviéramos persiguiendo desesperadamente al protagonista en su descenso hacia el infierno. Oldboy es una película hipnotizante con una banda sonora insuperable. Es de esos filmes perturbadores que, extrañamente, siempre quieres volver a ver.

3. Svaha: The Sixth Finger

Casi nadie conoce Svaha: The Sixth Finger. Es una de las joyas enterradas en las profundidades del catálogo de Netflix. Representa el mejor ejemplar del género del terror budista coreano. Este explora los aspectos más oscuros de esa religión, llevando a situaciones demoníacas, mucho más interesantes que los casos de posesión que conocemos en occidente.

El protagonista de la película es un pastor (interpretado por el actor principal de El juego del calamar) que se dedica a investigar organizaciones acusadas de ser cultos disfrazados. Uno de esos resulta ser lo que él siempre ha temido, un grupo de adoradores del diablo, en contacto con un verdadero demonio. Es una mezcla de thriller policial con película de exorcismo, una combinación excelente que genera una experiencia tan emocionante como terrorífica.

Prescindiendo de los molestos "jump scares", Svaha: The Sixth Finger logra construir una atmósfera de terror desesperante, en la que las fuerzas malignas son mucho más poderosas que las del bien. El factor perturbador yace en que logra convencernos de la posibilidad de que esas entidades sobrenaturales existen, a través de una historia que balancea muy bien el realismo con el poder místico de la maldad.

2. I Saw the Devil

La venganza es un constante objeto de estudio para las películas coreanas. La "trilogía de la venganza" de Park Chan Wook explora las incontrolables atrocidades que nacen cuando el deseo por conseguir justicia eclipsa todo lo demás. Es común que al final todo haya ido a peor que antes de la sangrienta retribución, porque siempre llega el momento en el que todo se sale de control, muchos inocentes quedan atrapados en el fuego cruzado.

Cuando su prometida embarazada es masacrada brutalmente por un asesino en serie, el protagonista de I Saw the Devil decide dedicar su vida a perseguir y luego a torturar al culpable, hasta que todo se le escapa de las manos. El personaje principal es un policía que no se contenta con la sencilla justicia, porque ninguna sentencia legal le traerá de vuelta al amor de su vida. Por eso desea ir más allá, asegurándose de que el criminal sea atormentado durante el mayor tiempo posible.

I Saw the Devil alcanza un nivel altísimo de perversión. El asesino en serie, interpretado por el legendario Choi Min Sik, es un verdadero demonio, hacer sufrir a los demás le produce un sentimiento de éxtasis. Además de eso es aterradoramente inteligente. No puedes predecir su comportamiento porque no se comporta como un ser humano normal, todo lo contrario. Es perturbador porque gente así existe en el mundo real, y son seres mucho más aterradores que un monstruo ficticio.

1. Silenced

Gong Yoo en Silenced

Mientras que el resto de los filmes en esta lista tratan temas más sangrientos y aparentemente más perturbadores, la historia de Silenced ocurrió en la vida real, las víctimas fueron niños, quienes nunca consiguieron justicia.

Trata sobre un profesor que consigue trabajo en un internado para niños sordomudos. Al poco tiempo descubre que algo muy oscuro está ocurriendo. La institución era administrada por pedófilos, quienes se aprovechaban de su posición para abusar sexualmente de los alumnos rutinariamente. Una situación infernal que sucedió durante décadas, y que cuando por fin las autoridades se dieron cuenta de lo que pasaba, los criminales usaron su dinero y conexiones para evitar ser castigados. Silenced dio lugar a un movimiento social masivo cuando fue estrenada, los coreanos se sintieron completamente indignados hacia su propia sociedad cómplice.

Es considerada una de las películas más importantes de todos los tiempos, ya que usa al cine para denunciar una atrocidad, y gracias a ese esfuerzo el sistema de justicia fue reformado. Logra crear una atmósfera nauseabunda, ya que usa trucos de cámara para mostrarte detalladamente cómo fue que los niños sordomudos fueron violados. Te rompe el corazón ver a estos pequeños seres humanos que ni siquiera cuentan con la capacidad para denunciar a los monstruos que arruinaron sus vidas, ya que además están condicionados por el miedo y por la soledad. Varios habían sido abandonados por sus padres, por lo que quedaron especialmente vulnerables. Luego, el sistema legal se negó a proveerles justicia, escupiendo sobre su dignidad humana. Silenced es un testamento del demoledor poder del cine.