En La maldición del Hombre Lobo, dirigida por Michael Giacchino para Disney+, Jack Russell (Gael García Bernal) tiene una misión. Una que deberá cumplir en medio del acecho de una cofradía de cazadores de monstruos. En la noche más oscura, asediado por peligros y en persecución de una criatura potencialmente asesina. Para el personaje, lidiar con lo terrorífico no es el mayor ni el principal de sus problemas. Lo que se esconde entre las sombras que le rodean es mucho más amenazante y violento de lo que cualquiera podría suponer. 

Mientras tanto, debe lidiar con su propia y misteriosa naturaleza, que late en su interior como un mecanismo a punto de estallar. Jack no es únicamente un hombre. Tampoco una criatura inexplicable. De alguna forma, se encuentra entre ambas cosas, en medio de un espacio que se abre con dificultad hacia su conciencia. Este nuevo antihéroe de Marvel debe luchar con mucho más que un enemigo al acecho o letal. Deberá hacerlo contra sí mismo. 

Cada fragmento de la historia se incorpora, en pequeños diálogos explicativos y escenas extrañamente fragmentadas, a un argumento más sólido. Poco a poco, La Maldición del Hombre Lobo narra su argumento y el director tiene la suficiente habilidad para que no opaque la historia de su personaje principal, que apenas se insinúa. Bloodstone, un célebre cazador de monstruos, falleció, pero su legado sigue vivo. 

De modo que, para heredar no solo la gema que lleva su nombre, sino también su jerarquía, cada aspirante deberá pasar una prueba. La cual no es otra que cazar un monstruo en un complejo extravagante y enfrentar el resto de los oponentes. El primero que lo haga obtendrá no solo un nuevo rango, sino el reconocimiento de sus iguales. 

La mera idea supera, por mucho, cualquier otra fórmula de Marvel hasta la fecha. Pero la producción — el primer especial temático del estudio— hace mucho más que profundizar en un lugar novedoso del universo de la saga. Al mismo tiempo, toma un riesgo considerable en osadía visual y argumental. También, en la brillante capacidad de la producción para narrar una historia en lo que podría interpretarse como una cápsula de conceptos novedosos. 

La Maldición del Hombre Lobo

En La Maldición del Hombre Lobo, de Michael Giacchino, Jack Russell (Gael García Bernal) tiene una misión. Una que deberá cumplir en medio del acecho de una cofradía de cazadores de monstruos. En la noche más oscura, asediado por peligros y en persecución de una criatura potencialmente asesina. Para el personaje, lidiar con lo terrorífico no es el mayor ni el principal de sus problemas. Lo que se esconde entre las sombras que le rodean es mucho más amenazante y violento de lo que cualquiera podría suponer.

Puntuación: 4.5 de 5.

La Maldición del Hombre Lobo perdido entre un mundo de superhéroes

Marvel, que este año sufrió críticas por su capacidad para mantener la imaginación y frescura de sus propuestas, tomó la decisión de realizar un cambio radical. Desde el apartado visual hasta la forma de contar la historia en pantalla. Todo en La maldición del Hombre Lobo es un recorrido por un terreno inexplorado para la franquicia

La película va del blanco y negro a toques de color. Al final, culmina en un juego de tonos que homenajea a producciones de terror de la década de los sesenta. Todo, en medio de una construcción envolvente en la que las referencias son pequeños fragmentos de información que se interconectan entre sí. El guion, levemente irónico, va directo al grano. 

Desde la ya tradicional presentación de Marvel, que cede su espacio a una siniestra versión en claroscuro, el mensaje es inmediato. Giacchino busca sorprender. Y lo logra en la capacidad de La maldición del Hombre Lobo para sostener su argumento en una corta visión sobre un mundo más amplio. Con una narración rápida, es la historia de origen de un antihéroe, pero, a la vez, explora el estrato sobrenatural de Marvel.

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El elegante homenaje de La Maldición del Hombre Lobo

Lo hace sin detenerse en explicaciones excesivas o puntos elaborados. Giacchino está más interesado en mostrar hasta qué punto el mundo de Marvel puede ser flexible y estimulante. De modo que intenta narrar las vicisitudes de este hombre lobo enigmático, que es un rehén de su condición. Jack está en busca de un propósito más elevado. Pero tiene pocas herramientas para lograrlo. Si a los héroes del estudio les correspondió contar cómo accidentes científicos y prodigios inexplicables les hacían extraordinarios, Jack recorre otro camino. 

Gael García Bernal interpreta al clásico Jack Russell (en su versión que le vincula a un origen mexicano) con buen humor y un fino instinto para la ironía. Pero también hace algo más. Brinda una profunda cualidad sensible a una criatura que, por necesidad, debería ser violenta y despiadada. Sin embargo, Giacchino juega con las piezas del guion de Will Spencer a través de una elegante sátira. La maldición del Hombre Lobo es mucho más un homenaje — al cine de terror, a las pequeñas excentricidades de Marvel — que una aventura. Esa es, quizás, su mayor fortaleza.

La Maldición del Hombre Lobo, trailer

En la noche se desliza el horror

La maldición del Hombre Lobo deja un punto claro. Atrás quedaron las épicas de superhéroes llenas de símbolos del bien o con un trasfondo glorioso. Giacchino imprime una personalidad dinámica, por momentos dura y casi siempre sorprendente, a un relato que abarca varias líneas argumentales a la vez. También, abre la puerta a una historia más densa, complicada y extraña, que promete un universo más rico para Marvel y sus personajes

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Como bien muestra la presentación, los superhéroes tienen la misión de defender el mundo del hombre. Sin embargo, ¿qué ocurre con lo inexplicable? La Maldición del Hombre Lobo deja claro que Marvel sabe que su público cambió, y con él su mensaje. Sin duda, el mayor aporte de este recorrido rápido por la alegoría, el misterio y un nuevo antihéroe. Todo, desde la visión extravagante de la oscuridad convertida en un propósito real para una criatura en busca de su identidad.