El concepto de caja negra en los aviones acaba de aterrizar en la legislación española que impone la DGT. A partir del día 7 de julio, todos los coches de nueva matriculación deberán incluir este sistema que registra detalles de tu conducción cuando tienes un accidente. Su integración en los vehículos será responsabilidad de los fabricantes, aunque serán los conductores los que sufrirán sus ventajas e inconvenientes.

La medida llega impuesta por la Unión Europea y no hace excepciones por marca, tipo de coche o sistema de propulsión. Ahora bien, esta caja negra solo será obligatoria para los coches que se matriculen a partir del 7 julio: todos los anteriores quedan exentos de una integración a posteriori.

El sistema está pensado para ayudar a esclarecer los motivos de un accidente, registrando los datos de la conducción y compartiéndolos solo con la Guardia Civil. Es decir, no estará conectada a Internet y solo se podrá acceder a ella —de forma física— en caso de un incidente.

Así funciona la caja negra de tu futuro coche

Esta caja negra irá acoplada en algún lugar del asiento del conductor, cerca de los sistemas de centralita. Su objetivo es recopilar información de la conducción y, en caso de accidente, registrar los 30 segundos previos y también los 5 segundos posteriores. Guardará la información y esta será accesible únicamente con un software específico de la Guardia Civil y otros servicios policiales.

caja negra coches

Los datos registrados permiten elaborar un reconocimiento 3D del accidente, conocer a qué velocidad se conducía, si hubo intención de girar, la respuesta del motor antes del choque y un largo etcétera. Eso sí, en estos datos no tienen cabida imágenes o audio, solo la telemetría de la centralita.

Y por si no ha quedado claro, la Guardia Civil solo podrá tener acceso a este aparato para aclarar detalles sobre un accidente. En ningún caso se utilizará en controles policiales para revisar la conducción previa e imponer multas. De hecho, la caja negra utiliza un sistema similar al de las cámaras de videovigilancia, que borran información para poder recopilar nueva y, solo en caso de problemas, hacer un guardado general.

Por el momento, no se ha revelado en qué casos sí y en cuáles no se podrá acceder a esta caja negra. Tampoco si las aseguradoras de vehículos podrán leer los informes registrados por los cuerpos policiales y actuar en consecuencia. ¿Podrá un conductor reclamar la información de otro en caso de choque menor para aportar pruebas al parte? Son detalles que se desconocen.

Lo que sí es seguro, es que este sistema de caja negra incrementará el coste de los coches entre 300 y 800 euros, una cifra que podría ser repercutida directamente sobre el precio final para el consumidor.

Por lo tanto, si tienes pensado comprar un vehículo nuevo a partir de julio, y ha sido matriculado después del día 7, tendrás un dispositivo extra que entrará en juego si tienes un accidente y que tiene como objetivo reducir la siniestralidad en la carretera.