En 2021, un chaval burgalés de 14 años se hizo famoso en toda España por predecir la inusual borrasca Filomena a través del método de las cabañuelas. Esta es una técnica muy antigua, cuyo uso hoy en día se restringe prácticamente a pastores y personas mayores de pueblos pequeños. Si bien en el pasado la población se aferraba a ellas a falta de otras maneras de predecir el tiempo, hoy los modelos atmosféricos las han desbancado. Al fin y al cabo, las cabañuelas no tienen ninguna evidencia científica. Pero el chico, llamado Jorge Rey, acertó en sus predicciones, por lo que en los últimos años se ha convertido en un personaje bastante mediático al que los medios de comunicación acuden cada mes de agosto para saber qué nos deparará la meteorología en el próximo año.
Eligen este mes porque es el que utilizan los cabañuelistas para hacer sus predicciones. En esta ocasión, Jorge Rey ha predicho que el invierno se adelantará y que posiblemente en octubre ya tendremos un cambio drástico de las temperaturas. Con el calor que estamos pasando a mediados de agosto resulta difícil imaginarlo, ¿pero podría ser? Al fin y al cabo, es cierto que el chico ha acertado en algunas ocasiones.
Quizás, si un pastor de 80 años hubiese predicho Filomena a través de las cabañuelas no se le hubiese dado tanta atención como a Jorge Rey. Pero el hecho de que fuese un chico joven recuperando las tradiciones de sus antepasados resulta muy atractivo para los medios de comunicación. Al final, se trata solo de eso. Una historia llamativa que queda bien en los titulares. ¿Pero hasta qué punto podemos darle credibilidad?
Antes de nada, recordemos qué son las cabañuelas
Las cabañuelas son un método tradicional de predicción del tiempo muy conocido en España y algunos países de Latinoamérica. Dentro de España hay algunas zonas que tienen su propia denominación. Por ejemplo, en Extremadura se conocen como canícula y en el norte del país como témporas. Pero, sea cual sea su nombre, la técnica siempre es la misma.
Los cabañuelistas se fijan en cambios más o menos sutiles de la naturaleza durante los primeros 24 días de agosto. Prestan atención, entre otros factores, al Sol, la Luna, la humedad debajo de las piedras o el comportamiento de los animales. Después, extrapolan esos datos a cada uno de los meses del próximo año para hacer una predicción meteorológica a muy largo plazo.
Posiblemente eso sea lo que ha resultado tan atractivo de las predicciones de Jorge Rey. Los meteorólogos no pueden hacer predicciones a largo plazo. Sus técnicas han mejorado muchísimo en los últimos años y cada vez pueden hacer predicciones más precisas y con más antelación, pero más allá de una semana resulta prácticamente imposible. Los cabañuelistas nos dicen en agosto todo lo que ocurrirá en el año siguiente. No se puede negar que es llamativo, pero carece de evidencia científica.
¿Por qué no funcionan?
Según explicó a Hipertextual en 2022 la meteoróloga Mar Gómez, la atmósfera de nuestro planeta es un sistema caótico. Eso significa que hasta el más mínimo cambio que se produzca sobre ella puede provocar grandes cambios climáticos a diversos plazos y escalas. Por eso, es imposible hacer predicciones con mucha antelación.
Jorge Rey ha reconocido en algunas entrevistas que a veces también utiliza los modelos, porque pueden servir como apoyo. Con ello hace referencia a los modelos numéricos atmosféricos, en los que se definen los procesos físicos de la atmósfera a través de ecuaciones matemáticas. Eso sí es muy preciso, pero no puede darnos datos a largo plazo. El joven burgalés explica que le pueden ayudar, pero que se equivocan mucho. Lógicamente, si intenta predecir lo que ocurrirá dentro de 6 meses, se equivocarán, porque es imposible saberlo.
Entonces, ¿por qué Jorge Rey acierta a veces?
Los aciertos de Jorge Rey son un claro ejemplo de sesgo de confirmación. Este fenómeno hace referencia a la tendencia a centrarnos solo en la información que confirme nuestras creencias. Por ejemplo, cuando estamos pensando en una persona, nos suena el teléfono y es ella, pensamos que es una señal de algo importante. Pero posiblemente hayamos pensado millones de veces en esa persona sin que nos llamase por teléfono. Eso derrumba la hipótesis, así que no le prestamos atención.
Jorge Rey lleva haciendo predicciones constantemente desde que acertó (solo parcialmente, todo hay que decirlo) con Filomena. Los medios de comunicación han dado mucho bombo a sus aciertos, pero han pasado de largo por sus errores. De hecho, en algunas ocasiones incluso han disfrazado de aciertos lo que realmente no lo era.
Por ejemplo, actualmente hay algunos medios de comunicación que defienden que “el joven meteorólogo” predijo que el verano de 2024 sería más lluvioso de lo normal y que ha sido así en algunos lugares de España. El primer error aquí es llamarle meteorólogo, pues las cabañuelas distan mucho de ser parte de la meteorología. Dejando eso a un lado, España es un país con 17 comunidades y 2 ciudades autónomas. Es fácil que en alguna de ellas, o en alguna de las 52 provincias que las componen, se acierte con cualquier predicción.
No obstante, según el resumen de la Agencia Estatal de Meteorología del mes de julio, este año ha sido especialmente seco, con unas lluvias equivalentes al 61% de lo que se considera normal, basado en la media de precipitaciones entre 1991 y 2020. No hay informe del mes de agosto, por no haber finalizado todavía. Sin embargo, hasta ahora, más allá de la DANA que solo ha dejado precipitaciones en algunos lugares del país y que no difiere mucho de otros fenómenos estivales, tampoco ha sido especialmente lluvioso.
El caso de los estorninos
Uno de los datos que más ha llamado la atención de Jorge Rey este año es que los estorninos ya se han visto por Madrid en el mes de agosto.
Esto puede indicar un cambio en el clima, pero no necesariamente aquí. Es cierto que los estorninos son aves migratorias que en otoño e invierno se desplazan desde el centro y el norte de Europa hacia lugares más cálidos, como España. Esto es así porque son animales muy vulnerables a los cambios de temperaturas.
Ahora bien, que hayan llegado antes de tiempo indica que el frío ha podido llegar antes a esos lugares, no necesariamente que vaya a llegar antes aquí. Si han venido hasta este lugar es porque aquí se sienten más cálidos. De todos modos, aunque así fuera, el adelanto de la migración de los estorninos no es algo nuevo y puede deberse a más motivos. En 2011 ocurrió en Lugo, en 2021 en La Rioja. Ahora en Madrid. Pero, en general, cada vez es más normal verlos en agosto por España.
Por eso, asegurar que ya tendremos invierno en octubre basándose solo en los estorninos es aventurarse mucho. Como también lo es mirar debajo de las piedras para ver la humedad o cualquiera de los parámetros que miden las cabañuelas.
Jorge Rey no quiere ser un farsante
Es importante tener en cuenta que todo esto empezó con un niño al que un pastor de un pueblo vecino le mostró la técnica de las cabañuelas. Él quiso compartirlo en las redes sociales y, sin comerlo ni beberlo, se hizo famoso.
Han sido los medios de comunicación los que han dado alas a Jorge Rey. Tanto que él mismo cree que lo que hace es necesario y se afana en mejorar sus predicciones en la medida de lo posible. Pero no son buenas predicciones porque no tienen ninguna evidencia científica. Él cree que lo son y le han hecho creer que ayuda a la gente con ello, por lo que se ha convertido en una víctima de todo esto. Dejemos de cargar sobre las espaldas de un adolescente la responsabilidad de hacer algo para lo que ya tenemos medidas mucho más eficaces. Por el bien de todos, pero sobre todo por el suyo.