Es difícil mirar más allá de Apple, Samsung y Xiaomi en la gama premium, pero hay una familia de smartphone que, año tras año, consigue llamar mi atención. Son, en efecto, los Google Pixel, los móviles diseñados por la compañía de Mountain View que desde siempre han destacado por su apartado fotográfico y sus funciones de software tan atractivas. Este año no iba a ser diferente. El Pixel 8 Pro continúa apostándolo todo a la cámara. También al software, ahora con múltiples funciones potenciadas por IA.
El nuevo buque insignia de, además, llega con alguna que otra novedad interesante, pese a que simple vista parece una ligera actualización del Pixel 7 Pro. De hecho, en muchos aspectos lo es. El Pixel 8 Pro Google mantiene prácticamente el mismo diseño, la misma configuración de cámara y la misma pantalla. Pero en cada uno de esos apartados hay ligeros cambios que hacen que uno de los móviles con mejor cámara del mercado, sea todavía mejor.
- La cámara, por ejemplo, se ha mejorado con un nuevo sensor de 50 megapixeles. Mantiene, eso sí, el ultra gran angular de 48 megapixeles, así como el sensor teleobjetivo también de 48 megapixeles
- Tiene prácticamente el mismo diseño, pero incluye nuevos colores y un cambio que, en mi opinión, es importante: la doble curvatura en la pantalla ya no existe.
- Mantiene la misma diagonal de pantalla, así como la misma resolución, pero con un brillo aún mayor (de 1.500 nits con picos de hasta 2400 nits frente a los 1.000 nits de brillo del Pixel 7 Pro.
A esto, además, debemos sumarle un nuevo procesador, el Tensor G3, así como a las múltiples mejoras adicionales tanto de software como de hardware que llegan frente al Pixel 7 Pro, como las funciones de la cámara potenciadas con IA, los 7 años de actualizaciones o el termómetro incorporado o una batería de mayor capacidad.
Ahora bien, debemos tener en cuenta un factor relevante: el precio. El Pixel 8 Pro sale a la venta por 1099 euros. Es decir, cuesta 200 más que el Pixel 7 Pro, cuyo precio oficial es de 899 euros. Teniendo en cuenta que su antecesor podría bajar de precio de forma considerable en los próximos meses, me surge la duda de si es recomendable pagar lo que cuesta el nuevo móvil de Google a cambio de tener las mejoras que ofrece. O si, por el contrario, es mejor apostar por el modelo del año pasado o por alguno de sus rivales, como podría ser el Samsung Galaxy S23 Ultra, el Xiaomi 13 Pro o el iPhone 14 Pro.
Diseño y pantalla: pequeños cambios
Son, probablemente, dos de los apartados en los que apenas hay cambios. De hecho, y a no ser que estés muy familiarizado con los móviles de Google, es muy difícil distinguir un Pixel 8 Pro de un Pixel 7 Pro. La parte posterior es prácticamente idéntica a la de su antecesor. Destaca por su extravagante módulo fotográfico y por ese cristal en acabado mate que ahora llega en nuevos colores, como en un azul pastel o en un tono bautizado como cerámico.
La compañía, no obstante, ha realizado algunos cambios que son muy bienvenidos. El frontal ahora es completamente plano, y sus esquinas son ligeramente redondeadas. Es algo que se agradece, pues la doble curvatura de la pantalla, si bien aportaba una estética más elegante cuando está completamente apagada, hacía que la experiencia a la hora de visualizar contenido no fuese la ideal, como cuando se reproducían tonos blancos se creaba un ligero sombreado en los bordes.
La pantalla del Google Pixel 8 Pro, de hecho, es excelente en todos sus aspectos. Se trata de un panel OLED de 6,7 pulgadas con una resolución de 1344 x 2992 píxeles. Cuenta, además, con una tasa de refresco de 120 Hz, así como un brillo de 1.500 nits que puede alcanzar picos de 2400 nits. Eso sí, debemos tener en cuenta una serie de factores. El primero, es que la resolución que viene por defecto no es la completa, sino que se incluye de fábrica de 1008 x 2244 píxeles (el equivalente a Full HD). Por suerte, es posible activar la resolución QHD+ a través de los ajustes del sistema. Los tonos de la pantalla, además, son un pelín frios para mi gusto, y en este caso no hay opción para ajustar los colores, como sí encontramos en smartphones de otras marcas.
Tensor G3: la potencia no es lo importante
Muchas de las novedades que llegan con el Pixel 8 Pro funcionan gracias a su procesador, el Tensor G3. Este, curiosamente, no compite frente a los SoCs más potentes de fabricantes como Qualcomm o Apple. Al menos, no en potencia. En concreto, las pruebas de rendimiento muestran que, pese a que ha mejorado respecto al Tensor G2, no está a la altura del chip A17 Pro de los iPhone 14 Pro o del Snapdragon 8 Gen 2 que vemos en algunos de los buques insignias de Samsung y Xiaomi.
Y esto es algo que Google ha reiterado en diferentes ocasiones. En una publicación, la compañía afirma que el procesador Tensor “nunca se ha centrado en velocidades y avances, ni en métricas de rendimiento tradicionales”. Ojo, esto no quiere decir que el rendimiento del Pixel 8 Pro sea malo. Es, en líneas generales, excelente. Pero el SoC de Google va un poco más allá.
Tensor se centra en las tareas de aprendizaje automático, que son necesarias para poder ejecutar algunas de las características y funciones más destacables de este teléfono. Y más concretamente, se encarga de ejecutar funciones de IA generativa que son, según afirma la compañía, hasta 150 veces más complejas que las que encontramos en el Pixel 7 Pro.
Por ejemplo, gracias al Tensor G3, el Google Pixel 8 Pro puede tener una mejor comprensión del habla y el lenguaje natural. Esto nos permite conversar con el Asistente de Google de una forma más sencilla; básicamente, como lo haríamos con una persona. Es decir, sin necesidad de reformular preguntas, con pausas, con el típico “mmm” que hacemos al pensar una palabra. En este caso, el asistente es capaz de esperar a decir lo que estamos diciendo antes de ejecutar el comando o responder la pregunta.
El nuevo chip de Google también puede leer páginas webs de una forma mucho más natural, o incluso traducirlas en algún idioma.
Así son las cámaras del Google Pixel 8 Pro
Tensor también se encarga de hacer funcionar algunas características de la cámara del Pixel 8 Pro. Cámara que, por cierto, también ha mejorado en cuanto a hardware. Después de varias generaciones, Google ha modificado el sensor primario por uno nuevo de 50 megapixeles. Mantiene, además, la cámara ultra gran angular de 48 megapixeles, así como el sensor teleobjetivo, también de 48 megapixeles, que puede alcanzar un zoom óptico de 5x y un zoom digital de hasta 30 aumentos.
Antes de hablar de las funciones potenciadas por IA que la cámara del Google Pixel 8 Pro, incluye, en parte, gracias al procesador, hablemos de los resultados de los diferentes sensores, porque son dignos de mención. A modo de spoiler: la cámara del Google Pixel 8 Pro es una de las mejores en un móvil actualmente. No tiene rival. Es versátil, y sus resultados son excelentes en prácticamente cualquier situación.
El detalle que consigue captar la cámara principal es extremadamente bueno. Con solo sostener firmemente el dispositivo y pulsar el botón de captura, podemos obtener resultados impresionantes.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que gran parte de estos excelentes resultados; sobre todo esa buena interpretación de los colores, son gracias al procesado que Google utiliza en sus dispositivos. Este, en algunos casos, tiende a fallar y a saturar la imagen algo más de lo que debería, lo que obliga a repetir la toma. No es algo alarmante, de hecho, pasa en muy pocas ocasiones.
La cámara del Google Pixel 8 Pro también es fantástica de noche, donde consigue capturar unos colores muy realistas. Me he percatado, además, de que la captura se procesa más rápido que con el Pixel 7 Pro, y con un enfoque mucho más preciso, algo que se agradece.
La cámara ultra gran angular, así como el sensor teleobjetivo, mantienen esos buenos colores y ese detalle excelente que vemos en el sensor principal, aunque he notado que el enfoque es algo menos preciso. Otro detalle importante: ahora es posible ajustar algunos parámetros de forma manual: algo que solo está disponible en los modelos Pro.
La IA tiene un papel muy importante
Ahora bien, donde empezamos a ver lo que es capaz de hacer el nuevo SoC de Google en cuanto a cámara, es en las funciones de software que la compañía ha añadido. EL Pixel 8 Pro, en concreto, mantiene algunas de las características más destacables de los otros modelos, como el borrador mágico, que permite eliminar objetos no deseados de la imagen.
Google ha añadido, sin embargo, alguna que otra novedad un tanto interesante. Una de ellas es la bautizada como mejor toma o ‘Best Take’, y permite, mediante IA, modificar la cara de las personas que aparecen en una imagen para que salgan con su mejor pose. Su funcionamiento es sencillo; la cámara toma fotografías antes y después de realizar la captura original, y después, si detecta que alguien sale mal, busca la mejor toma de cada persona en el resto de imágenes.
He de confesar que al principio me resultó una característica un tanto extraña, y si te soy sincero, después de probarla en repetidas ocasiones sigue siéndolo, aunque funciona bastante bien. El recorte en la mayoría de ocasiones es preciso, y permite, además, poder seleccionar qué rostro modificar. No creo que sea algo que sustituya a la vieja confiable: repetir otra vez la foto, pero sí resulta un tanto curioso.
Lo que no debes pasar por alto del Pixel 8 Pro
Además de la cámara, el procesadores, o las funciones de inteligencia artificial que incluye el Pixel 8 Pro, hay una serie de características que no debes pasar por alto.
- Una de ellas es el termómetro que tiene incorporado y que permite medir la temperatura de los objetos. Google también tiene previsto utilizar este sensor para la temperatura corporal, aunque no ha conseguido cumplir con las regulaciones a tiempo, por lo que la interfaz se centra únicamente en objetos de diferentes materiales y alimentos. Funciona bien, y es muy sencillo de utilizar. De hecho, el Pixel 8 Pro llega con una app de termómetro bastante intuitiva. Eso sí, es la típica función que usas una vez cada mucho tiempo.
- El Google Pixel 8 Pro llega con 7 años de actualizaciones. En parte, gracias a lo que es capaz de realizar el procesador Tensor. Es, sin duda, una muy buena noticia.
- La batería del Google Pixel 7 Pro es de 5.050 mAh. No es, ni mucho menos, la característica estrella del terminal, pero es buena y permite llegar al final del día sin ningún problema, y cuenta, además, con carga rápida y carga inalámbrica.
¿Merece la pena el Google Pixel 8 Pro?
Google lleva ya un par de años demostrando que sabe hacer un móvil a la altura de los mejores, y que es el rey en cámara. De hecho, me atrevería a decir que en Android no hay móvil con mejor apartado fotográfico. En software también está muy por encima de los mejores móviles de Samsung y Xiaomi, con una interfaz pura, sencilla y personalizable, y con características potenciadas por IA que son muy bienvenidas.
El Pixel 8 Pro, además, cumple en el resto de apartados. Su diseño puede gustar o no, pero la construcción del dispositivo en sí ha mejorado considerablemente respecto a anteriores generaciones; ya no se siente ese móvil frágil o con materiales de mala calidad como sí sucedía, por ejemplo, en el Pixel 6 Pro. La pantalla, además, es excelente, y si bien su procesador no es el más potente del mercado, ofrece un buen rendimiento. Todo ello, con una batería más que decente para el día a día.
Tal vez el mayor punto negativo del Pixel 8 Pro es su precio. Es un móvil caro, más caro incluso que su antecesor; por lo que tal vez es mejor opción apostar por el Pixel 7 Pro, que cuesta 200 euros menos y tiene una cámara muy parecida. Incluso, el Pixel 8 podría resultar una opción atractiva. En cualquier caso, y reitero, este es, sin duda, uno de los móviles con mejor cámara que he podido probar.