Peregrine, el módulo de alunizaje no tripulado construido por la firma de robótica espacial Astrobotic, fue lanzado este lunes por la madrugada. La misión marcaría el regreso de Estados Unidos a la Luna en más de medio siglo. También sería la primera vez que un proyecto liderado por una empresa lograra este cometido. Pero el equipo a cargo no la está pasando bien: han registrado un fallo técnico que pone en riesgo el preciado objetivo.
Astrobotic informó temprano que su nave Peregrine experimentó una «anomalía» que no le permitía apuntar sus paneles solares de manera estable al Sol. Un problema que, por sí solo, podía ser catastrófico: si no se resolvía, el módulo no podría cargar su batería. Y sin batería, no había misión de regreso a la Luna.
«El equipo cree que la causa probable de la orientación inestable hacia el Sol es una anomalía de propulsión que, si se demuestra que es cierta, amenaza la capacidad de la nave espacial para aterrizar suavemente en la Luna», dijo Astrobotic en un comunicado. El módulo de 1,2 toneladas fue lanzado desde Cabo Cañaveral, en Florida. Se hizo en el primer vuelo del cohete Vulcan, desarrollado durante una década por la empresa Boeing-Lockheed United Launch Alliance (ULA).
Tras un par de horas de tensión, Astrobotic anunció que sus ingenieros habían restablecido las comunicaciones con el módulo de alunizaje. Luego, realizaron una maniobra de corrección para reorientar el instrumental de Peregrine hacia el Sol. «Estamos cargando la batería», explicaron. Pero minutos más tarde agregaron que, en efecto, una falla en el sistema de propulsión estaba provocando una pérdida crítica que comprometía el regreso a la Luna.
En camino al regreso de los humanos a la Luna
Astrobotic señaló que el equipo está trabajando para intentar estabilizar la pérdida, pero han reconocido que el problema es grave. «Dada la situación, hemos priorizado maximizar la ciencia y los datos que podemos capturar», dijeron en otro comunicado. «Actualmente, estamos evaluando qué perfiles de misión alternativos pueden ser factibles en este momento».
Astrobotic es la primera de tres empresas estadounidenses que pretenden enviar vehículos no tripulados a la superficie lunar este año. Las otras dos son Intuitive Machines y Firefly. Todas estas operaciones son resultado de una nueva asociación de la NASA con iniciativas privadas para, entre otras cosas, abaratar costos. Las tres compañías tienen a la NASA como «cliente», pero la agencia «no está a cargo» de sus misiones.
La NASA está preparada para eventuales fracasos con estas misiones en su plan de regreso a la Luna. «Si fallan, el siguiente aprenderá y tendrá éxito», dijo Pam Melroy, administradora adjunta de la agencia espacial estadounidense, a la BBC en diciembre.
Estaba programado que Peregrine aterrizara en la Luna el 23 de febrero próximo, con un total de 20 cargas útiles a bordo. «Este es el momento que hemos estado esperando durante 16 años», dijo el director ejecutivo de Astrobotic, John Thornton, después del lanzamiento. Con lo acontecido en las últimas horas, crecen las dudas de que la misión tenga éxito.
La NASA acordó específicamente que el módulo de alunizaje de Astrobotic incluyera cinco instrumentos destinados a estudiar el entorno lunar. Y así, preparar las condiciones antes de enviar astronautas de regreso a la Luna esta década, luego de más de 50 años.
El último alunizaje de Estados Unidos fue el del Apolo 17, en 1972. Desde entonces, no ha vuelto a pisar la superficie lunar. La NASA espera reiniciar los viajes con humanos a la Luna para finales de 2025, con su misión Artemis III. Pero varios problemas con las pruebas de vuelo, el desarrollo del módulo de alunizaje que llevará a los astronautas y los trajes espaciales, han afectado el cronograma. Ahora se cree que no ocurrirá hasta después de 2027.