Del Revés 2 (Inside Out 2) es, con toda probabilidad, una de las películas más esperadas de todo 2024. Pixar quiere revertir la última racha de altibajos recuperando una de sus IPs más queridas y aclamadas. La primera entrega supuso una revolución a nivel temático en el cine de animación. Una disección de la mente de los niños que, además, resultaba tremendamente fresca y emotiva. Sin lugar a dudas una de las mejores películas de su historia. El objetivo, nueve años después, es repetir el éxito.

En esta nueva entrega, la pequeña Riley se ha convertido ya en toda una adolescente. A sus trece años, la joven experimenta numerosos cambios en su vida, pues debe comenzar el instituto. Y ese momento fundamental que marcará para siempre su futuro se hace notar también en su cabeza. Las cinco emociones protagonistas, Alegría, Ira, Miedo, Asco y Tristeza deberán aprender a convivir con otras nuevas y más complejas. Una tarea que no será fácil y que llevará a Riley a descubrir quién es en realidad.

Del Revés 2 (Inside Out 2)

Pixar regresa a una de sus mejores historias con una secuela sólida y menos infantil que acierta en sus nuevos personajes y recursos pero que peca de cierta falta de magia y de originalidad. Ansiedad se convierte en uno de los mejores personajes de la compañía, destilando todas las contradicciones y temores de los adolescentes y robando cada escena de la película.

Puntuación: 3.5 de 5.

En busca de la identidad

Durante toda la promoción de Del Revés 2 (Inside Out 2), Pixar ha incidido mucho en la aparición de nuevas emociones en Riley. Ansiedad fue la primera en llegar, pero pronto la siguieron Envidia, Ennui, Vergüenza e incluso Nostalgia, si bien esta última apenas tiene participación en la cinta. Estas emociones que hacen de la adolescente una persona mucho más compleja son la excusa ideal para retomar la aclamada historia. Una premisa fascinante.

Pero junto a ellas hay otro gran añadido en el mundo de Inside Out. La película establece un nuevo término, la identidad. Una serie de creencias y valores aparentemente inamovibles que definen a la persona. Aunque a priori pueda resultar complicado, la explicación que se ofrece en la cinta es increíblemente sencilla y fácil de entender. Desde el estudio han replicado la fórmula que tan bien funcionó con la película original. Tratar temas y teorías psicológicas desde un punto de vista simple y, sobre todo, tangible.

Si en el primer filme esto fue necesario para explicar las bases de la psique infantil, ahora todo es aún más enrevesado. Del Revés 2 (Inside Out 2) crece en madurez para indagar en las teorías de las emociones secundarias y la construcción del yo interior. Los recursos para hacerlo no podían ser mejores. De hecho, la primera media hora es soberbia, mostrando la llegada de la pubertad como, literalmente, una alarma vital y una bola de demolición que arrasa con todo a su paso. Cuando llega, además, todo se vive más intensamente. De nuevo, Pixar entiende a la perfección la mentalidad de los jóvenes sin necesidad de infantilizarlos.

Del Revés 2 (Inside Out 2)

Más emociones pero menos emoción

Porque los términos y situaciones planteadas en Del Revés 2 (Inside Out 2) ya no están hechas para los ojos de los niños sino de los adolescentes y esa necesidad de comprenderse a sí mismos. Se habla del sarcasmo, de la necesidad de integración, de la amistad y la formación de valores... Y también se habla de la ansiedad. De cómo, a medida que crecemos, nos anticipamos a los miedos y sobreanalizamos las cosas para evitar hacernos daño. Se trata de una emoción muy difícil de gestionar pues, aunque a priori pueda resultar tremendamente positiva, es fácil que se descontrole.

En definitiva, el mensaje final de Del Revés 2 (Inside Out 2) es mucho más maduro que el anterior. Una evolución lógica y natural que también se plasma en el tono de la película. Aún existen trazas de aquel humor infantil y facilón, pero es un filme más serio. Ansiedad es lo mejor de la película y ofrece las situaciones más hilarantes pero también, con su nerviosismo y proyecciones, las que invitan a mayor reflexión, a repensarse a uno mismo. Especialmente a medida que su arco de desarrollo avanza hasta un final tan sólido y potente.

Su llegada a la película como contrapunto de Alegría es la chipa perfecta para hacer que la trama se mueva. Sin embargo, hay algo que se echa en falta. Del Revés 2 (Inside Out 2) carece de aquella magia pura y visceral que hizo de la primera algo tan especial y único. La sensación de estar viendo una magnífica deconstrucción de nosotros mismos sigue ahí, pero a la cinta se le ha perdido bastante el alma tan característica de Pixar. Todo es más hierático y menos sentido. Irónicamente, a pesar de tratar y analizar más emociones, apela mucho menos a las del espectador.

Del Revés 2 (Inside Out 2)

Aventura sin riesgos

No ayuda tampoco que la aventura que viven los pequeños personajes sea tan similar a la de la primera cinta. La originalidad y frescura se convierten ahora en algo más previsible y poco rompedor. Ante un claro miedo por lanzarse al vacío y destrozar el legado ya asentado, el nuevo director, Kelsey Mann, opta por estructura narrativa exactamente igual a la anterior: destierro de ciertas emociones para, a la larga, comprender que todas son igual de necesarias para la evolución de una persona.

Un mensaje loable y, otra vez, certero en su planteamiento y tratamiento. Pero viniendo de donde veníamos, esperábamos algo distinto. Al final, otra vez, todo lo nuevo de Del Revés 2 (Inside Out 2) lo traen el personaje de Ansiedad, que pasará a la historia como uno de los mejor construidos del estudio; y el mentado concepto de identidad. Por lo demás, todo es excesivamente similar y continuista para estar tratando una época de cambios radicales como es la adolescencia. Aunque disfrutable, puede llegar a hacerse monótona en su parte central.

Del Revés 2 (Inside Out 2)

Del Revés 2 (Inside Out 2) tiene muchas piezas que la hacen triunfar. Los nuevos personajes y los recursos empleados para explicar la mente púber son todo un acierto. Pero la película pierde mucha de la magia, la frescura y la originalidad de la anterior, por lo que no llega ni mucho menos a estar a la altura. En cualquier caso, es una secuela bien justificada. Profunda y pensada para espectadores unos pocos años más mayores que los de la primera. Y aunque siguen lejos de su máximo nivel, Pixar recupera un poco de ese brillo imaginativo que había ido perdiendo.