La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) dio un ultimátum a Boeing para resolver los fallos de seguridad de sus aviones 737-9 MAX. El titular de la agencia gubernamental comunicó a los funcionarios de la empresa que tienen 90 días para desarrollar un plan de acción integral que aborde los problemas sistémicos de control de calidad. El fabricante está obligado a garantizar los estándares de seguridad.
El anuncio se dio tras una reunión que sostuvieron el titular de la FAA, Mike Whitaker, y el director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun. El dirigente de la agencia declaró que Boeing debe comprometerse a realizar mejoras reales y profundas. Para ello le ha solicitado un plan detallado que incorpore los resultados de la auditoría de la línea de producción efectuada por la dependencia, así como los últimos hallazgos del panel de revisión de expertos.
Este último, ordenado por el Congreso de Estados Unidos tras los accidentes de los 737 MAX-8 en 2019, concluyó que la cultura de seguridad de Boeing es inadecuada. Un grupo de expertos descubrió que existe una desconexión entre los directivos y los equipos de ingeniería cuando a seguridad se refiere. El reporte añade que los empleados de Boeing se confunden debido a la falta de claridad en la información y sus responsabilidades.
"El panel de expertos encontró una falta de conocimiento de las métricas relacionadas con la seguridad en todos los niveles de la organización, y un escepticismo significativo con respecto al poder duradero de la implementación del Sistema de Gestión de Seguridad", mencionó en un documento publicado en la web de la FAA.
La gestión de seguridad en Boeing es confusa para sus empleados
La información coincide con lo revelado por un informante a finales de enero. Un supuesto empleado de Boeing aseguró que el accidente de Alaska Airlines se debió a "una estupidez maliciosa" de la compañía. La ausencia de un control de calidad eficiente evitó que se corrigiera un fallo relacionado con remaches dañados. Esto derivó en el desprendimiento de la puerta del vuelo 1282 ocurrido a inicios de enero.
Los problemas de Boeing no solo tienen que ver con una pobre comunicación. Los expertos descubrieron que en algunas fábricas, los gerentes que supervisan el desempeño de los empleados también investigan los informes de seguridad. "Esto contradice el compromiso de ofrecer un entorno imparcial y sin represalias", señaló el informe.
La FAA advirtió a Boeing que su plan de acción debe incluir las acciones que tomará la empresa para madurar su Sistema de Gestión de Seguridad y los pasos para integrarlo con un Sistema de Gestión de Calidad.
"Lograr un cambio fundamental requerirá un esfuerzo sostenido por parte de los líderes de Boeing, y los haremos responsables en cada paso del camino, con hitos y expectativas mutuamente comprendidas", dijo Whitaker. "Boeing debe revisar cada aspecto de su proceso de control de calidad y garantizar que la seguridad sea el principio rector de la empresa", añadió.
El accidente de Alaska Airlines no es el único problema que enfrenta Boeing. Hace unos días se reportó que algunos aviones 737 MAX tienen agujeros en el fuselaje. Los orificios no se perforaron correctamente y el fallo afecta a 50 aeronaves, aunque ninguna de ellas ha salido de la planta de ensamble.