X-Men ’97 se ha vuelto un inesperado éxito de temporada para Marvel. Uno, que además, llega en un momento complicado para la franquicia, que debe lidiar con un bajón de interés acerca de su universo cinematográfico y diversas críticas. Pero el animado, que recupera la historia de la mítica serie de 1990 y es, de hecho, una continuación a toda regla de la cuestionable temporada cinco, parece llegar en el momento ideal. Mucho más, demuestra que La casa de las ideas, todavía tiene mucho que dar con respecto a varios de sus personajes más emblemáticos.
En específico, con todo lo que rodea al equipo de superhéroes mutante. Luego de la compra de FOX por parte de Disney, se esperaba que fuera cuestión de tiempo, que las queridas figuras formaran parte del Universo Cinematográfico de Marvel. Pero ya fuera porque la saga pasa un momento de altibajos o que Kevin Feige desea hacer una entrada triunfal. Lo cierto es que la aparición se ha limitado a cameos y menciones aisladas. Todo eso, parece que cambiará con la muy esperaba Deadpool & Lobezno (Wolverine), que anuncia, al menos, una nueva etapa para los personajes.
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Pero mientras eso llega, X-Men ’97 se ha convertido en un espléndido vehículo de nostalgia y de información sobre todo lo que hay que saber de los mutantes. Y aunque no pertenecen a la sagrada línea del tiempo — por ahora — una cosa dejan claro. Son la aproximación de lo que Marvel desea hacer con el emblemático grupo. Lo que queda claro con cinco puntos que mejoran de la serie original. Te explicamos cuáles son y cómo influir a futuro. En especial, ahora que la inclusión de los X-Men ya es parte de los planes venidero del estudio.
Un rediseño apreciable de personajes
Aunque X-Men ’97 mantiene buena parte de la estética de X-Men: La serie animada (transmitida entre 1992–1997), también moderniza y rediseña la apariencia de los personajes. Todo, con una sutileza respetuosa que demuestra que Marvel desea conservar la esencia de las icónicas figuras, a la vez que les imprime un aire actualizado.
De los peinados refinados y más cercanos al cómic de Storm y Lucas Bishop Williepondt, al traje de Magneto. Todo el equipo parece replantearse, no solo sus propósitos individuales, sino una evidente evolución estética que los emparenta con la nueva etapa que comienzan.
Es evidente que X-Men ’97 tiene en cuenta que la historia que cuenta en pantalla, tiene un origen apreciado y querido por un público generacional. Por lo que la idea de la evolución se expresa con una cuidadosa depuración de los elementos más conocidos en su puesta en escena en pantalla. El resultado es una mezcla inteligente que honra a la producción original, pero busca tener su propia identidad visual. Un triunfo por dónde se le mire.
Cíclope recibe el lugar que merece
Con Charles Xavier ausente, Scott Summers es el nuevo líder de facto del equipo de los X-Men. Pero más allá de conducir y organizar de manera estratégica la actuación de sus compañeros, también ha resultado ser un personaje complejo y analítico. Una esperada reinvención del mutante, luego de su decepcionante paso por la pantalla grande.
En la saga de FOX, Cíclope (interpretado por James Marsden), siempre fue un secundario de lujo. En medio del triángulo amoroso entre Jean Grey (Famke Janssen) y Lobezno (Hugh Jackman), la imponente figura de Scott se disminuyó a un personaje sin mucho que ofrecer. Mucho más, cuando su preeminencia entre el grupo, quedaba disminuida a la sombra de Charles Xavier.
Pero en X-Men ’97, Scott no solo es el líder sin discusión, sino que además, sus conflictos van más allá que solo mostrarse celoso u ofendido. Como padre, cabeza visible de un equipo en crisis y al final, en medio de su propio conflicto de intereses, el personaje logró volverse centro de la trama.
La relación entre Rogue y Magneto
Aunque en Marvel Comics es hecho consumado y conocido, la relación romántica entre ambos personajes nunca llegó ni a la franquicia cinematográfica. Tampoco a la serie animada de 1990. Eso a pesar de haberse insinuado en más de una ocasión.
Aunque esta, hubo una insinuación que había una dinámica compleja entre uno y otro, no se profundizó lo suficiente. Lo único que quedó claro, es que la inmunidad de Magneto a los poderes de Rogue, ponía las cosas en perspectiva para la mutante. Por lo que podría tener implicaciones a futuro. En X-Men ’97, ambos están vinculados por algo más que un potencial vínculo amoroso.
La serie explora la idea que la controvertida conexión — central para los traumáticos eventos del episodio cinco — es algo más que solo deseo o amor correspondido. Se trata asimismo de un nuevo estrato de poder e importancia para cualquiera de los dos. Lo que podría abrir la puerta a explorar escenarios inéditos en la misma serie o sus hipotéticas siguientes temporadas.
Bishop y Morph forman parte del equipo
Uno de los elementos criticados de la serie original, fue que el equipo de mutantes estaba restringido a un número de miembros. Nadie podía salir o entrar — o en cualquier caso, formar parte de sus misiones — a no ser que fuera de forma esporádica y especial. Lo que dio origen a recordados cameos y participaciones memorables. Varios de los más recordados, fueron protagonizados por Bishop y Morph.
Ahora, en X-Men ’97, ambos forman parte del grupo a tiempo completo. Lo que abre la posibilidad que sus respectivas historias — profundizadas ya en el universo de FOX y en el animado que precedió al actual — pudieran formar parte del canon actual. A saber, Morph apareció y desapareció en múltiples oportunidades, incluyendo en una bajo control de Sinister.
Por otro lado, nada está muy claro con respecto a Bishop, viajero en el tiempo con múltiples escenarios a su disposición. Con todo, su presencia constante, es fundamental para entender el sentido revisionista de la serie.
Gambito es un protagonista de envergadura
Gambito siempre ha tenido una presencia ambigua en la trama de X-Men. Eso, a pesar de que su mayor punto propósito parece ser, el de demostrar lo extraño y duro de la naturaleza de Rogue. No obstante, en esta oportunidad y aunque sigue vinculado a la mutante, la relación entre ambos es una exploración global de los límites y restricciones de la naturaleza que comporten.
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Todo va a peor, cuando el romance entre Rogue y Magneto — o la relación incipiente que les une — le pone en una situación complicada y agónica. Pero es su protagonismo en el capítulo cinco — hasta ahora el mejor de la serie — lo que brindó al personaje el tipo de importancia heroica que sus fanáticos admitan desde el cómic.